Un agujero negro de recursos

La Legislatura provincial es una verdadera aspiradora de presupuesto con un ROI que se acerca a 0. Por fuera de los requerimiento burocráticos que le asignan la división de poderes, su productividad muestra una gris mediocridad. Aun así, mantiene un nivel de erogaciones sideral que la coloca entre las que más gastan a nivel nacional, con una masa de empleados desproporcionada y gastos opacos de los que nadie rinde cuentas.

 

Más que elocuentes para ilustrar el punto son los datos proporcionados por el informe “Gasto de las legislaturas provinciales 2025” de la Fundación Libertad, en el que desarrolla una radiografía del costo de las provincias en sus legislaturas trazando un parangón entre distritos. Comparación que desnuda la desproporción del presupuesto del Poder Legislativo de Catamarca, desnudando el nivel de derroche que contrasta con su paupérrima productividad.

 

Según el informe, la legislatura provincial tiene presupuestado para este 2025 un gasto total de 58.167 millones. Esto representa el 2,7% del presupuesto total de la Provincia. Duplica el promedio de todas las provincias del país. Junto a Tucumán y Corrientes, Catamarca conforma el lote de las provincias que más recursos destina al Poder Legislativo.

 

La Legislatura de Catamarca también se destaca como una de las más onerosas del país en la comparación del prorrateo del gasto total dividido en la cantidad de legisladores. Dicho cociente ubica a la Provincia en el sexto lugar, con un gasto estimado de 1.020.476.117 por cada uno de los 57 legisladores provinciales. Puesto en letras, para que resulte más fácil leerlo y procesarlo, hablamos de “mil veinte millones cuatrocientos setenta y seis ciento diecisiete”.

 

Para tener un marco comparativo, en San Luis el prorrateo del presupuesto por legislador es de 173.535.052 de pesos. Es decir, Catamarca sextuplica el gasto de una provincia con casi la misma cantidad de legisladores y unos 150 mil habitantes más.

 

Cuando se hacen públicos este tipo de informes, los improperios y reclamos de los ciudadanos indignados suelen apuntar a los legisladores. La conclusión popular suele ser que el gasto exacerbado se explica en los sueldos exorbitantes de los diputados y senadores. Pero, si bien los legisladores cobran sueldos de privilegio, una enorme tajada del derroche de presupuestos se gasta en mantener ñoquis.

 

La legislatura es desde hace años un aguantadero de cientos de empleados fantasma que solo figuran en una firma que les vale para cobrar el sueldo. Son tantos que si en algún momento alguien los quisiera obligar a que se presenten a trabajar, no habría lugar físico para acomodarlos en todas las dependencias y recovecos de la Legislatura y  anexos.

 

Según el citado informe, en Catamarca hay unos 54 empleados por cada legislador, lo que lo ubica en la tercera posición a nivel nacional. El equivalente a la plantilla de empleados de una empresa mediana, pero que no producen ni para pagar el bidón de agua con el que toman mate.

 

 

En total, son más de 3.100 empleados divididos entre ambas cámaras, de los cuáles, un enorme porcentaje cobra su sueldo sin siquiera pisar las oficinas. Un verdadero desagote de recursos dilapidados en mantener ociosos acomodados por la propia política.

 

Muchos se quedarían boquiabiertos si pudieran acceder al listado de ñoquis legislativos, no sólo por la cantidad de personas que cobran sin trabajar sino por algunos nombres propios de personajes que circulan y figuran con aires de grandeza y son parásitos que le chupan recursos al Estado.

 

Y en eso si tiene culpa la política. Año tras año, presidencia tras presidencia, el número de empleados se va inflando con acomodados en los rincones del laberinto administrativo, haciendo del Poder Legislativo un caedero para saldar deudas con militantes o dirigentes de poca monta. Una práctica que nadie que haya pasado por la conducción de las cámaras desaprovechó y mucho menos combatió.

 

La legislatura es una esponja de recursos. Imaginemos si esos números se trasladaran a una PyME, podrían haber en Catamarca 57 empresas con 54 empleados y un presupuesto anual asegurado de más de 1.000 millones para encarar su proceso productivo. Sería el sueño de cualquier emprendedor. Pero en la Provincia se destina a una estructura esteril y que apenas funciona como notariado del Gobierno. Sin dudas un agujero negro de recursos.

 

Lea el informe completo aquí:

 

https://5c364me9s0.ufs.sh/f/qpzLzkdAy4XR5eDBQI17zw4S21EeH8gCoZYJlBMQLiANvn6p