Trump endurece su discurso sobre Venezuela y deja abierta la puerta a ataques contra el Cartel de los Soles

La tensión entre Washington y Caracas volvió a escalar tras las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien este domingo fue consultado sobre la posibilidad de atacar al Cartel de los Soles en Venezuela y respondió con un breve pero contundente “ya verán”.

El mensaje se da en el marco del amplio despliegue militar que Estados Unidos mantiene en el Caribe como parte de una operación antidrogas, con ocho barcos de guerra, un submarino nuclear y la reciente movilización de cazas F-35 a Puerto Rico. La decisión se aceleró luego del sobrevuelo de aviones venezolanos sobre un buque estadounidense dedicado a tareas antidrogas en aguas cercanas a Venezuela, lo que fue calificado como una maniobra de hostigamiento.

En conferencia de prensa, Trump ya había advertido que cualquier aeronave venezolana que represente una amenaza sería derribada: “Si nos ponen en una posición peligrosa, serán derribados”, advirtió el mandatario, sin precisar las distancias a las que se acercaron los cazas de Nicolás Maduro.

El dictador venezolano respondió elevando el tono y aseguró que, en caso de una ofensiva militar, el país pasará de la “fase política” a una “etapa de lucha armada”, con el respaldo de la Milicia Nacional Bolivariana. “Será una defensa de todo el pueblo contra la agresión, sea local, regional o nacional. Nadie podrá venir a esclavizarnos”, afirmó Maduro en un acto televisado.

El canciller Yván Gil reforzó la postura del régimen chavista y calificó el despliegue estadounidense como una amenaza directa contra Venezuela.

El trasfondo de esta confrontación incluye las acusaciones de “narcoterrorismo” que la Justicia norteamericana sostiene contra Maduro, a quien señala como líder del Cartel de los Soles. Washington elevó recientemente la recompensa por su captura a 50 millones de dólares y lo vinculó al cartel de Sinaloa en México.

En paralelo, Trump firmó una orden ejecutiva para rebautizar el Departamento de Defensa como Departamento de Guerra, con el objetivo, según explicó, de “recuperar el espíritu combativo” de las Fuerzas Armadas. Acompañado por el secretario Pete Hegseth y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine, defendió la medida como parte de una estrategia de firmeza frente al narcotráfico y el terrorismo.

“Va a luchar para ganar, no para no perder”, subrayó Caine, al marcar el tono de la nueva política de seguridad impulsada desde la Casa Blanca.