El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que detendrá la inmigración procedente de lo que definió como “países del Tercer Mundo”, un día después de que un ciudadano afgano disparara presuntamente contra dos guardias nacionales en Washington D. C., dejando como saldo la muerte de una soldado y otro uniformado en estado crítico.
La medida, cuyos alcances aún no fueron detallados, contempla la revisión de visados otorgados durante la administración de Joe Biden y la deportación de extranjeros considerados “no compatibles con la civilización occidental”. El atacante, identificado como un afgano que había colaborado con fuerzas estadounidenses, llegó al país en 2021 tras la retirada de Kabul.
La víctima fatal fue Sarah Beckstrom, de 20 años, mientras que su compañero Andrew Wolfe permanece internado en estado crítico. El episodio generó amplia repercusión mediática y se instaló rápidamente en el debate político estadounidense, tanto en el Congreso como en los principales medios de comunicación.
Las autoridades describieron el ataque como una “emboscada” dirigida contra dos miembros de la Guardia Nacional desplegados en Washington y en otras ciudades gobernadas por demócratas, como parte del controvertido operativo impulsado por Trump para enfrentar lo que denuncia como “delincuencia violenta y descontrolada”.
El presidente relacionó directamente el hecho con su despliegue de efectivos. “Quizás este hombre estaba molesto porque no podía cometer delitos”, sugirió, al justificar su decisión de incrementar la presencia militar y endurecer las políticas migratorias.
