La espera ha terminado: la duodécima obra del director David Fincher, “The Killer”, hace su estreno en Netflix este 10 de noviembre, tras su debut en “Hora Zero” y su recorrido por las salas de cine.
El filme, encabezado por Michael Fassbender en el papel de un asesino a sueldo sin identidad, ve su meticulosa vida sacudida tras un encargo fallido. A pesar de su enfoque metódico y distante, se ve inmerso en una serie de misiones enfrentando a aquellos que desafían su seguridad.
Esta película marca la reunión de Fincher con el guionista Andrew Kevin Walker, conocido por su trabajo en el inolvidable thriller de asesinos seriales “Seven: Pecados Capitales” (1995). Entre las colaboraciones destacadas se encuentran el director de fotografía Erik Messerschmidt y el diseñador de producción Don Burt, ambos galardonados con un premio Oscar por su trabajo en la película “Mank” (2020) de Fincher. El elenco también incluye a Tilda Swinton, Arliss Howard, Charles Parnell, Kerry O’Malley y Sala Baker.
Una Mirada a la Visión del Director
“El Asesino” nos sumerge en los pensamientos más íntimos del personaje principal y en su tediosa realidad. Según comenta Fincher, la intención fue alejarse de los clichés habituales de los asesinos, creando un personaje que no resalta en la multitud. Fassbender, hablando sobre su antihéroe de mirada fría, comparte: “No podrías asociarlo con alguien aterrador a primera vista, pero una vez que te adentras en su mente…”.
Esta película es una adaptación de la reconocida novela gráfica de Matz (Alexis Nolent), explorando los límites de las narrativas de venganza. “En una historia de venganza, se espera ver a los personajes desquitándose”, menciona Fincher. Sin embargo, cuestiona esta premisa: ¿o no?
El público comparte la perspectiva del personaje principal, escuchando sus reflexiones personales mientras intenta ordenar su vida. A medida que el asesino avanza de objetivo en objetivo, de Francia a la República Dominicana, se revela que la vida y la muerte no siempre siguen las reglas establecidas.
Influencias y Desafíos Creativos
David Fincher se sumergió en “El Asesino” tras la publicación en inglés del aclamado cómic en 2007, reconociendo el atractivo de la historia y su desarrollo a lo largo de los años.
La película brinda una mirada provocadora a la mente de un asesino sarcástico, alimentada por el humor negro y la ira justa del autor Alexis “Matz” Nolent, así como los dibujos distintivos del artista Luc Jacamon.
La influencia de la película “El samurái” (1967) dirigida por Jean‑Pierre Melville, protagonizada por Alain Delon, se vislumbra en este filme, a pesar de las diferencias notables en el aspecto del personaje. Los cinéfilos pueden encontrar matices de Alfred Hitchcock en “El Asesino”, especialmente con su tono sarcástico y la operación de vigilancia inicial, recordando al voyeurismo de “La Ventana Indiscreta” (1954).
Aunque el protagonista tiene comentarios irónicos, su brutalidad se destaca. A pesar de ser el centro de la historia, no es un héroe en el sentido tradicional. Como señala Nolent, algunos lectores podrían identificarse con él, pero la intención no es hacerlo simpático.
Michael Fassbender enfatiza que las acciones del personaje deberían resultar inquietantes y no aspirar a ser admirado o imitado. El actor busca incomodar con su interpretación, lejos de la imagen del “tipo increíble”.
El Sonido de la Película: una Experiencia Diferente
La experiencia sonora en “El Asesino” va más allá de los efectos visuales, permitiendo al público adentrarse en la mente del personaje. Se escuchan sus pensamientos y lo que él oye, siendo la música un elemento crucial.
El diseñador de sonido Ren Klyce, colaborador constante de Fincher, y los compositores Trent Reznor y Atticus Ross, quienes han trabajado en varias ocasiones con el director, jugaron un papel fundamental en la concepción sonora. Fincher buscaba una experiencia auditiva única, y Klyce tuvo que adaptarse a un enfoque muy diferente al convencional.
La selección musical, en su mayoría de un grupo de rock británico de los ochenta, The Smiths, aporta el tono sarcástico y el nihilismo que encajan con la naturaleza del protagonista.
