El reciente conflicto entre Irán e Israel volvió a colocar a Medio Oriente en el foco de la agenda internacional. En medio de la tensión global por el enfrentamiento, se reavivaron las dudas sobre el futuro del mercado energético, especialmente en lo que respecta al petróleo y al uranio, dos recursos que podrían condicionar seriamente el desempeño económico de países como la Argentina.
En ese contexto, el séptimo episodio de la segunda temporada del podcast Dínamo contó con la participación de dos voces autorizadas en materia energética: Juan José Aranguren, ex ministro de Energía de la Nación, y Julián Gadano, ex subsecretario de Energía Nuclear. Ambos analizaron el impacto que la escalada bélica puede tener sobre los mercados internacionales y el escenario local.
“La sobreoferta actual en el mercado de crudo genera una expectativa de precios más bajos, lo cual obviamente impacta en nuestro país. Los que en algunas provincias esperaban mayores ingresos, tendrían que ser más conservadores”, advirtió Aranguren. El exfuncionario explicó que la producción global alcanza los 104 millones de barriles por día, mientras que Arabia Saudita —clave en el juego de la oferta— está bombeando 9,5 millones, aunque podría llegar hasta 13,5 millones si lo decidiera. Además, remarcó que China está mostrando un freno en su crecimiento económico, lo cual reduce la demanda energética global.
Por su parte, Gadano destacó que Irán mantiene una posición más racional de lo que algunos actores creen. “Los países no son ni locos ni cuerdos: son países. El negocio de Corea del Norte es ser el loco de la cuadra, pero Irán no es Corea del Norte. Es un país con aliados, que compra, que vende y que vive de la exportación de hidrocarburos. Sería una víctima de sí mismo cerrando el Estrecho de Ormuz”, opinó.
En cuanto a la situación nuclear, Gadano explicó que la sospecha sobre un posible programa militar iraní es legítima. “Eso no significa que hoy cuenten con bombas atómicas, pero sí que están cerca de fabricarlas. La torta se encuentra en el horno, todavía no levó y sigue un poco cruda, pero pronto estará lista”, graficó. Según señaló, el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que Irán posee 500 kilos de uranio enriquecido al 60%, un porcentaje elevado si se considera que el uso pacífico apenas requiere un 5%.
Aranguren, desde su formación técnica, puso el dato en perspectiva: “El uranio es uno de los elementos más densos que existen. Esos 500 kilos entran en un balde de 23 litros”. Sin embargo, recalcó que, mientras se multiplicaban las tensiones militares, Irán continuaba exportando 3,5 millones de barriles diarios de petróleo, en gran parte destinados a China. “Necesitan vender. Por eso su amenaza de cerrar el Estrecho de Ormuz era probablemente sólo declamatoria”, opinó.
Si bien el precio del crudo no se disparó como en otras épocas, el uranio sí registró un incremento significativo. “Pasó de u$s 70 a u$s 77 por libra y no volvió a bajar”, informó Gadano. Y anticipó que, ante una demanda proyectada de 60.000 toneladas anuales para 2030 y una oferta que ronda las 48.000 toneladas, “será necesario quemar reservas”. Esa tensión empuja los valores hacia arriba y podría tener efectos en la minería local.
Aranguren también analizó la situación argentina respecto al precio de los combustibles. Indicó que los precios en surtidor dependen de cuatro variables: el precio internacional del crudo, el tipo de cambio, los biocombustibles y los impuestos. “Todavía falta actualizar los impuestos de todo 2024 y el primer trimestre de 2025. El Ejecutivo está dejando de recaudar u$s 2.500 millones”, alertó. Y explicó que, aunque el tipo de cambio es libre, permanece controlado, y los biocombustibles sólo aumentaron levemente.
En ese marco, remarcó que es preferible “acercarse a la paridad de exportación” antes que volver a fórmulas intervencionistas como el llamado barril criollo. “Esto es lo que nos va a permitir tener precios bajos, tanto de crudo como de gas”, concluyó.