Sueldos de regalo: los “índices” como aguantadero

El Gobierno no para de regalar sueldos, con esa varita mágica que son los punto índice, el dinero que se puede obsequiar a bendecidos que no tienen que cumplir horario ni marcar tarjeta como la gilada. Hay índices que trabajan, los menos, y muchísimos que los cobran como pensiones graciables casi de por vida.

Hay índices que se usan para “contener”, eufemismo que los políticos usan para tirarle unos mangos a algún amigo, pariente, a militantes rentados y hasta algunos enemigos a los que les tiran maicitos para que no jodan.

Hay índices que se pagan a personas que tienen otros trabajos, índices que cobran algunos que ni viven en Catamarca, índices para los que perdieron elecciones, y los clásicos que se otorgan a funcionarios que fracasaron y se tienen que ir de su cargo pero se les sigue pagando para que no sufran.

Es un aguantadero infinito de plata tirada, una cadena de favores que se hacen los funcionarios pero, para variar, pagamos todos.

El caso de la hija de Oscar Castillo ya fue analizado, pero es uno entre miles.

Hay muchos más que indignaron, como el de Analía Leiva de Ominetti, que por malos tratos y escándalos fue dada de baja del cargo que tenía en Reconocimiento Médico Docente y ¡el mismo día! recibió un índice como “supervisora” en el ministerio de Salud de la provincia.

Otro caso es el del médico Norberto Bazán, que después de estar en el SAME lo metieron en la OSEP y fue un desastre, tanto que se tuvo que ir, pero ahí nomás lo nombraron en Salud, también como “supervisor”.

Otro caso insólito, el sindicalista Roberto Antonio González, por décadas conductor del gremio de Comercio, que como hizo campaña para Raúl Jalil y después no recibió ningún cargo ni banca quería su pedazo de torta: solución rápida… ya tiene su índice y es “supervisor” en el ministerio de Gobierno y Justicia.

La lista es interminable, reparten índices como caramelos en un cumpleaños infantil. Y son sueldazos tremendos, mientras pediatras y enfermeros pasan una odisea con remuneraciones miserables. Total, ¿qué hacen ellos? Curan y atienden a niños enfermos, problema de ellos, acá hay que tener un amigo bien ubicado para que el gobierno se interese.

Es una vergüenza, es algo descarado, es algo bochornoso y es meter la mano en la lata distribuyendo dinero que es del pueblo para “arreglar” a quien se les de la gana y porque sí.

¿Cuántos exfuncionarios siguen cobrando índices? ¿Cuántos “supervisores” hay? ¿Qué supérvisa esta gente que tan bien cobra por su tarea?

Parece que a cualquier perejil que pasa diez minutos por la función pública hay que seguir pagándole de por vida. ¿Por qué? ¿Para que no hablen?

La mayoría son caraduras, ñoquis de lujo que le meten la mano en el bolsillo a los trabajadores.

Es intolerable, y una burla cuando el propio gobernador anunció que no habría más nombramientos.

Va el desafío: que el Gobierno haga pública la totalidad de índices, cargos políticos y sueldos que paga “fuera de nivel” en los tres poderes.

Es dinero público, es ley la transparencia fiscal, es su obligación informar. Publiquen la lista y desmientan esta nota.

Spoiler: jamás lo van a hacer.

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