Sinvergüenzas del gobierno

La mesa de negocios en que se transformó el Gobierno de Raúl Jalil, un aguantadero de parientes y amigos con dos mil ministerios inútiles formado por los que son millonarios y los que quieren unirse rápido al club, cada día da más vergüenza.

Esta provincia rica de pueblo pobre, donde los altos funcionarios vacacionan en el exterior, pasean en sus camionetas con chofer y viven la vida loca con la nuestra, a los señores de la casta catamarqueña poco les importa que si uno lleva un chico enfermo al Hospital de Niños no lo atienden, que la Maternidad esté de paro y que la gente pase hambre mientras la delincuencia crece.

Ellos viven en su mundo, el mundo de los privilegios donde compran y venden propiedades como si fueran calzoncillos, donde acomodan a todos con sueldos estatales, donde reparten índices para los amiguitos como caramelos en un cumpleaños de jardín, donde hay ministros que no tienen ni idea del área que les asignaron, ministros que tienen menos actividad que un vegetal y no los conoce nadie, y otros que no se contentan con el sueldo y andan desaforados como si la función pública fuera sacarse la lotería y su gran oportunidad para pasar al frente.
No han resuelto en estos años un solo problema de los catamarqueños. O mejor dicho sí, resolvieron sus problemas y los de nadie más.

En esta provincia con un gobierno tan patético que arma un organismo de control a dedo con exministros para que se haga la vista gorda a todos los chanchullos, en esta provincia cada día más decadente con miles de rehenes de la Administración Pública, encima se atropella la libertad de expresión, porque como llevan un par de años atornillados a los cargos que se van rotando siempre los mismos, los chicos ya se creen que son los dueños de todo.
Entonces usan dineros públicos para disciplinar y premiar, llenando los bolsillos de los medios amigos y ninguneando fuentes de trabajo de otros medios porque no se someten a sus órdenes ni están dispuestos a esconder sus chanchullos.

Manejan recursos con una impunidad asombrosa, guardadores crónicos de vueltos que ganan 10 y gastan 10.000 sin que nadie pregunte de dónde la sacan.

Irresponsables que chupan la sangre del Estado y de los catamarqueños en beneficio propio, blanqueando sus coimas y sobresueldos con clubes, entidades manejadas por parientes, y testaferros amigos.

Intocables para la justicia también armada a su medida, que jamás investiga nada, y que les permite esconder información pública que están obligados a difundir y transparentar.
Señores: si están limpios revelen alguna vez las pautas que pagan, revelen los medios y periodistas a los que les pagan, montos, contrataciones, dejen de hacer arreglos entre gallos y medianoche. Y recuerden que no es su plata la que están administrando.
Explique señor Juan Cruz Miranda todos los aportes que le llueven a su club de rugby, señor Miranda al que ya había echado el propio Jalil por su comportamiento y que se recicló como tantos otros amigotes.

Explique señor Jorge Moreno lo que cobra en el Tribunal de Cuentas, explique quiénes y en concepto de qué le pagan.

Sepan que no nos van a silenciar con su látigo ni con nada, porque no tienen autoridad moral ni están limpios, y sepan que la justicia llegará y tendrán que responder ustedes y todos los nuevos ricos que aparecen mágicamente tras pasar un tiempo por el Estado.

Unos son responsables porque hacen, otros porque callan, otros porque miran para otro lado. Nosotros no seremos cómplices por acción ni por omisión.

El catucho 

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