Silencio que dice mucho

Hoy se cumplen dos años del crimen de Juan Carlos Rojas, y el Gobierno de Catamarca, que tenía a Rojitas como uno de sus ministros, cumple dos años sin decir nada, sin hacer nada, sin mover un dedo. Borrón y cuenta nueva. A la media hora le pidieron a Luis Barrionuevo que ponga otro ministro, ya que por alguna razón Raúl Jalil le entregó Desarrollo Social al veterano sindicalista a cambio de vaya a saber qué, y listo. El show debe continuar.
Hoy se cumplen dos años con los asesinos sueltos. Asesinos salvajes y peligrosos. Asesinos capaces de encerrar a una persona y torturarla y golpearla hasta matarla. Asesinos que actuaron (¿por encargo?) con tanta seguridad y protección como para meterse sin problemas en la casa de un Ministro. Con tanta seguridad como para salir tranquilamente. Llevan dos años en los que festejaron, pasearon y se preocuparán hoy por cosas como ver Netflix o saber si Boca clasifica a la Libertadores. Porque están libres, y no hay ni una posibilidad a la vista de que los detengan.
Hoy se cumplen dos años desde que el fiscal… el fiscal, puesto por el Poder Ejecutivo, el fiscal que representa a la sociedad catamarqueña, el fiscal que es el Estado en la causa, anunciara muy suelto de cuerpo que Rojitas había muerto por causas naturales. Lo dijo ante las cámaras y sin despeinarse. Dijo que había muerto por causas naturales un pobre hombre que había sido destrozado brutalmente a golpes. Un hombre que fue encontrado ensagrentado, sin vida, en un charco de sangre, mutilado.
Hoy se cumplen dos años en los que la Justicia de Catamarca, esa Justicia que gasta millones en sueldos para que le suban videítos a Tik Tok, no avanzó ni un centímetro hacia el esclarecimiento. Un Justicia con gente muy ocupada en posar para las fotos que la única vez que abrió la boca fue para pedir más plata en su Presupuesto.
Hoy se cumplen dos años en los que se tomaron centenares de testimonios para un expediente que ya lleva más de 6.000 fojas, sin que se pueda señalar un sospechoso con alguna prueba de respaldo. Sin detenidos.
Hoy se cumplen dos años y la familia de Juan Carlos Rojas está sola, porque los políticos que salieron a marchar delante de las cámaras con caras de preocupación, se borraron y siguieron cada uno en lo suyo.
Hoy se cumplen dos años sin que nadie haya puesto la lupa seriamente en las pruebas que se alteraron en la escena del crimen, en los que no supieron hacer una autopsia.
Hoy se cumplen dos años sin que nadie explique los negociados de Desarrollo Social, el manejo de dinero, los supuestos robos de mercadería, la sospechada timba con fondos públicos, las deudas. Nada. De eso no se habla.
Señoras, señores, no nos engañemos. El Gobierno dejará pasar notas como ésta hoy por el aniversario, y mañana seguirá en lo suyo.
Rojitas nunca le importó ni le preocupa. Hace dos años que todo eso está muy claro, porque hay silencios que dicen mucho.