Se quema el rancho, compañeros

Cuatro años de desgobierno, más de 100 por ciento de inflación, fanáticos rindiendo pleitesía a una condenada por corrupción, gobernadores que se creen dueños de sus provincias, internas encarnizadas.
Eso fue el gobierno que comenzó en 2019 y que hoy tiene al peronismo en retirada de Casa Rosada, tan mal que puso al desastroso ministro de Economía como candidato, para terminar con el mito de que el PJ “sabe gobernar”.

En menos de cuatro de años tiraron por la borda todo. Y ahora se quema el rancho.

Lo que el peronismo no quería creer empezó a hacerse realidad en San Juan, donde el candidato de Horacio Rodríguez Larreta, Marcelo Orrego, aplastó a la dinastía peronista que llevaba 20 años en el poder.

El peronismo que se había apropiado de San Juan, el que se sentía amo del mundo porque administraba la minería, ahora vuelve tristemente al llano.

Los propios peronistas no entienden que pasó, y empiezan a asustarse en serio, porque le vieron la cara a la derrota en un lugar de los que creían “seguro”. Pero no, a seguro lo llevaron preso, o mejor: a seguro le ganó Orrego.

Tan confiados estaban que el gobernador Sergio Uñac se puso como candidato cuando ya no podía ser candidato. Porque es lo que pasa cuando se vive mucho tiempo en el poder: creen que pueden hacer cualquier cosa.

Pero resulta que la Corte Suprema lo bajó de la candidatura, y Uñac ni siquiera tuvo los reflejos que tuvo Juan Manzur en Tucumán: él se bajó rápido y la elección se hizo con triunfo peronista.
Lo demás quedó en anécdota. Uñac estiró la pelea, terminó por poner a su hermano de candidato, compitiendo con el veterano José Luis Gioja, que a su vez iba por la cuarta gobernación.

Un descontrol que los sanjuaninos terminaron de un plumazo negándoles el voto a los dos. Todo un mensaje: Gioja gobernó 12 años, Uñac gobernó 8. Dos décadas que les hicieron sentir que tenían al toro por las astas, pero las urnas hablaron.

Provincia minera, peronista. Cuando veas las barbas de tu vecino afeitar, pon las tuyas en remojo.

Queda desear que cuando Messi vuelva a jugar en San Juan… Orrego también invite a ver el partido.

La visión del catucho 

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