No obstante, el Instituto de Investigación de Nomura también señala que, si luego de los juegos es declarado un nuevo estado de emergencia sanitaria por el Covid-19, los daños podrían ser aún peores.
“Incluso, si se cancelan los Juegos Olímpicos, las pérdidas económicas serán menores que las consecuencias por un estado de emergencia sanitaria”, expresó el economista nipón Takahide Kluchi.
El mismo informe detalla que, si el evento es desarrollado sin la presencia de público, los beneficios serían de 18.650 millones de dólares, que representan unos 1.650 millones de dólares menos que con la presencia de aficionados observando desde las tribunas.
Ante esta situación, los organizadores ya han manifestado que no permitirán el ingreso de espectadores que provengan de otras latitudes, aunque aún se discute qué harán con el público nipón.