Se conocieron los chats del grupo de WhatsApp entre la familia y los médicos de Maradona

Reconstruir cómo pasó Diego Maradona sus últimos días es la tarea primordial por estas horas de los fiscales que investigan su muerte. Distintos testimonios de quienes lo acompañaron en la casa de Tigre se van sumando a la causa y surgen detalles asombrosos. También, se conocieron algunos chats del grupo familiar y la psiquiatra que trató al Diez.

El grupo de WhatsApp formado por, al menos, Dalma, Gianinna, Jana, Diego Jr y la psiquiatra Agustina Cosachov se llamaba “Parte médico Olivos”. Allí, según las capturas, se puede ver cómo coordinaban cuáles serían los pasos a seguir después de que Maradona fuese dado de alta de su internación en la clínica Olivos.

A juzgar por las capturas a las que tuvo acceso Toda Pasión, parte de la preocupación era encontrar a un médico clínico que atendiera a Maradona. Se puede leer cómo Dalma escribe: “Luque es neurocirujano, deberíamos pensar en un médico clínico de cabecera”.

Gianinna responde: “Con el médico que consigamos ellos [aparentemente por la clínica Olivos]se quedarían tranquilos, para no ponerle tantos médicos a papá”.

Maradona se golpeó la cabeza

Una semana antes de morir, Maradona se cayó y se golpeó la cabeza cuando se encontraba recuperándose de la cirugía por un hematoma subdural en su casa de Tigre. Sin embargo, los enfermeros informaron sobre el incidente, pero dijeron que no se hizo ningún estudio para determinar si había sufrido algún daño.

Tras una serie de llamativas irregularidades, en las últimas horas el equipo médico encabezado por el doctor Leopoldo Luque quedó bajo la lupa y la causa fue recaratulada como presunto “homicidio culposo”.

Una de las enfermeras de Diego, Dahiana Madrid, declaró dos veces ante la fiscalía y podría ampliar su testimonio en las próximas horas. “Ella entra a trabajar un viernes diez días antes de la muerte de Diego Maradona. El lunes siguiente a ello lo acompaña al baño y el paciente le pide que se vaya, que no esté más con él. Sólo le daba las pastillas que le indicaba la psiquiatra. Nunca más lo revisó”, contó esta mañana en TN su abogado, Rodolfo Baqué.

En otras palabras, Madrid no tenía contacto directo con Maradona desde hacía 8 días, la medicación se la entregaban sus asistentes y cuando se cayó, apenas una semana antes de su muerte, nadie lo llevó a un hospital. En la casa del barrio San Andrés donde se recuperaba no tenía ni un desfibrilador cerca que pudiera salvarle la vida ante una urgencia. “Tampoco había un médico clínico”, afirmó el abogado.

“El enfermero del turno noche le tomaba la presión. El día anterior de su muerte, la presión arterial de Diego Maradona era 130-100 y las pulsaciones por minuto llegaron a 115. Para un paciente cardiaco el límite debe ser de 80. Lo que le pasó se veía venir”, añadió el abogado. Y sentenció: “Se olvidaron del corazón de Maradona”.

“La primera responsabilidad es del médico, y la segunda de la familia”, consideró Baqué, sobre la dolorosa situación que rodeó al astro del fútbol los últimos días de su vida. “Ni baño tenía la habitación. Le pusieron un baño portátil”, señaló antes de volver a hacer hincapié en otro dato concreto vinculado al trágico desenlace: “Maradona no estaba en condiciones de decidir”.

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