El peronismo gobernante quedó tercero cómodo en las elecciones, protagonizó la mayor catástrofe electoral de su historia, la economía estalla… ¿y Cristina?
Por lo menos Sergio Massa dio la cara. Hace malabares entre la campaña y la crisis, habló, reconoció la derrota, prometió dar pelea.
¿Y “ella”? Como diría el Topo… Ella no apareció. No dio la cara. Se escondió como siempre que hay un problema.
No se hizo cargo de nada, no se hizo cargo de haber tirado piedras a su propio gobierno desde el comienzo, de armar un senado de inútiles obsecuentes con la única misión de salvarla de la cárcel y manipular a la justicia para que no la condene por corrupta.
Ella que coqueteó con presentarse y al final salió corriendo, mandó al muere a todo el peronismo, lo hundió, lo estropeó. Y sigue pensando que es la Evita moderna.
Ahí está su obra: el peronismo tercero. Tercero siendo oficialismo, con toda la billetera, el caballo del comisario y el aparato gigante del Estado. Fracaso de todos, todas y todes les chupamedias.
El peronismo-kirchnerismo, el de la soberbia, volvió a perder con el macrismo, y quedó a millones de votos de Javier Milei. Buen tema para la próxima Master Class donde la aplauden los aduladores a sueldo.
Todavía hay ilusos que creen que hay que ir a besarle el anillo y buscar su bendición. Desastres hizo. Con el país, con su propio partido. Destruyó todo.
La genia de la política, la Vicepresidenta. Sí, porque este es su gobierno. Lo armó ella. Pero no estaba el domingo a la noche en el escenario. Nada que ver la señora.
Ya aparecerá con su tono de maestra ciruela a dar consejos. Milei dice que va a terminar con el kirchnerismo. Llegaste tarde Javier, se enterraron solitos, hace rato. Sólo que recién ahora se están enterando.
