Tras la aprobación en el Congreso estadounidense del paquete de ayuda de seguridad para Ucrania, Israel y Taiwán, el gobierno de Vladimir Putin ha criticado la medida y ha advertido que Estados Unidos está desencadenando una “guerra híbrida” contra Rusia.
Después de meses de debate en la Cámara de Representantes, el sábado pasado se alcanzó un acuerdo sobre el envío de un paquete legislativo que incluye 60.800 millones de dólares para Ucrania, destinados a ayuda de seguridad, en respuesta a la agresión rusa en la región.
Un día después, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, Maria Zakharova, cuestionó la decisión en una rueda de prensa. “La agonía de Zelensky y su entorno se prolonga, mientras que los ucranianos de a pie son llevados a la fuerza al matadero como carne de cañón”, declaró Zakharova.
Zakharova advirtió que las acciones de Washington serían respondidas con un “rechazo incondicional y decisivo”. También señaló que la creciente implicación de Estados Unidos en una “guerra híbrida” contra Rusia podría resultar en un fracaso similar a las experiencias de Estados Unidos en Vietnam y Afganistán.
“Las élites gobernantes de Estados Unidos, independientemente de su afiliación partidista, están dispuestas a inflar de armas al régimen de Kyiv para que sea capaz de luchar hasta el último ucraniano”, agregó Zakharova, sugiriendo que la decisión busca obtener apoyo popular de cara a las elecciones estadounidenses.
“La Casa Blanca ya no confía en la mítica victoria del régimen controlado de Kyiv, sino en que las Fuerzas Armadas de Ucrania aguantarán al menos hasta la votación de noviembre, sin estropear la imagen de Biden”, completó la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.