A casi tres años del brutal asesinato del ministro Juan Carlos Rojas, se formalizó una nueva denuncia, que apunta directamente al encubrimiento del crimen, una hipótesis que hoy se ve más firme que cualquier teoría sobre el crimen.
No está claro quiénes ni por qué terminaron salvajemente con la vida de Rojitas, pero cada día parece más evidente que hubo todo un operativo para tapar y esconder la verdad, incluso puede decirse que hasta ahora el operativo tuvo éxito, porque los asesinos están sueltos.
Estas especulaciones tienen sólidos fundamentos, y así lo entendieron los familiares de Rojitas, que presentaron una gravísima denuncia para que se investigue todo lo que ocurrió después del asesinato.
Ahora los apuntados son efectivos policiales de la Comisaría Séptima, efectivos de la División Homicidios, personal de Sanidad Municipal y del CIF, que es el Cuerpo Interdisciplinario Forense.
¿Qué dicen los querellantes?
Que el Comisario Tomás Eloy Rodríguez, en su rol de jefe de la División Homicidios de la Policía de la Provincia, asumió la coordinación de la escena en el domicilio del hallazgo de nuestro padre Ramón Juan Carlos Rojas el 4 de diciembre de 2022. Su actuación en las primeras horas de la investigación es de particular relevancia, ya que sus directrices y decisiones impactaron directamente en la gestión de la escena del crimen y en la orientación inicial de la pesquisa.
El denunciado, junto con el Oficial Sub-Inspector Marcelo Mirabal y el Sargento Montalvan (fotógrafo), llegó a la escena del Loteo Argentina aproximadamente a las 15:00 horas del 4 de diciembre de 2022. Su llegada se produjo aproximadamente una hora después de que el personal de Criminalística ya se encontrara en el lugar. Aproximadamente a las 14:10 horas, la Oficial Sub-Inspector Cabana Cabrera y la Oficial Ayudante Sofía Victoria Gazquez Tello, junto con el chofer Judicial Hernán Nanni, arribaron en el móvil C1. Pocos minutos después, la bioquímica Cintia Vergara, también parte del equipo forense, llegó al lugar en su vehículo particular.
Es relevante destacar que, a la llegada del personal de Criminalística, la escena ya contaba con la presencia de varias autoridades de alto rango y personal judicial. Entre ellos se encontraban la Ministra de Seguridad Fabiola Segura, el entonces Jefe de Policía (Comisario General Retirado) Ángel Agüero, el Fiscal Palacios y personal de la Unidad Judicial N° 07, incluyendo un sumariante (no identificado por Gazquez Tello) y el Delegado Judicial Dr. Cangi.
Una vez que el equipo de Homicidios estuvo listo, el Comisario Rodríguez asumió la coordinación de la escena. Su rol como Jefe de Homicidios lo posicionaba como la máxima autoridad policial en la escena, responsable de dirigir las operaciones de investigación, asegurar la integridad del lugar y coordinar a los distintos equipos forenses y policiales. Sin embargo, se han identificado deficiencias críticas y desviaciones significativas en el aseguramiento de la escena del crimen, la gestión de la evidencia y la dirección de la investigación, deficiencias que por el grado de repitencia e intensidad han provocado en los denunciantes mayor grado de convicción positiva de la intencionalidad dolosa de entorpecer la investigación, ya sea omitiendo el levantamiento de elementos de vital importancia para el esclarecimiento.
La investigación ha obtenido aportes de diferentes fuerzas federales que mediante sendos informes forenses han sido contestes en sostener sendas y contundentes críticas al manejo de la escena por los interventores en el procedimiento de los días 4 y 5 y en especial a la dirección efectuada por el denunciado Rodríguez.
Se destaca la crítica recurrente en los informes UCAC y ESCUADRON SAN JUAN PFA a la inadecuada preservación de la escena del crimen, concluyendo explícitamente que “EL LUGAR DEL HECHO DE ACUERDO AL MATERIAL FOTOGRAFICO APORTADO, NO FUE CORRECTAMENTE PRESERVADO, EVIDENCIANDO CIERTAS IRREGULARIDADES DENTRO DE LA VIVIENDA”.
Esta deficiencia fundamental en la preservación condujo a una “alteración de la escena, careciendo de valor indiciario cualquier elemento u objeto hallado; debido a la falta de legitimidad y veracidad
Se menciona desde la falta de perimetrado hasta el descuido de pruebas que no fueron preservadas, todo lo cual se detalla minuciosamente, involucrando desde policías hasta la ministra del momento, Fabiola Segura, a cargo de Seguridad.
“Creemos que no es solo una deficiencia operativa global, sino una evidente conducta delictiva por parte de quienes autorizaron o permitieron la limpieza, como también omitieron el levantamiento de una innumerable cantidad de elementos de interés como: cabellos sobre las manos y rostro de la víctima, lentes olvidados, ropa con sangre y rota, documentación de interés, su computadora personal, fuertes sumas de dinero ($400000) suma que fue hallada en el placar del dormitorio de la víctima, luego de la cuarta inspección en el domicilio del occiso, y una serie de elementos que fueron levantados y procesados el día 5 de diciembre, mostrando evidencias de un procedimiento previo incompleto y deficiente”, se puntualiza.
Eso sin olvidar a Laureano Palacios, porque “el fiscal interviniente no ordenó el mantenimiento de custodia policial, ni se tomó medida alguna de resguardo, manifestando las autoridades actuantes siempre dentro del marco de una MUERTE NATURAL que todo había concluido con una rutinaria normalidad y se fueron”.
La querella sostiene que “la subestimación y el manejo inadecuado de indicios clave tuvieron consecuencias directas en la capacidad de los peritos para determinar la causa y el mecanismo de la muerte (…) La subestimación y alteración de la evidencia, como la limpieza de la sangre y la ignorancia de la camisa, directamente obstaculizan la labor forense”.
“La instrucción de “muerte natural” emitida por el Comisario Rodríguez desde los primeros momentos, a pesar de la evidencia visual en la escena (sangre, cuerpo apaleado, camisa rasgada, manchas varias de sangre, marcas defensivas), desincentivó una investigación más profunda por parte de los equipos policiales presentes”, analiza la denuncia, sostenida en abundante y contundente material probatorio.
La denuncia está. Lo que resta saber es quién dio la orden para que este operativo de encubrimiento se llevara adelante. Y por qué.