Restos óseos humanos hallados en la antigua casa de Gustavo Cerati: qué dicen los primeros análisis forenses

Un descubrimiento tan inquietante como inesperado sacude a los fanáticos del rock nacional y al vecindario de Coghlan, en la Ciudad de Buenos Aires. Durante una excavación en la que fuera la casa del músico Gustavo Cerati entre 2001 y 2003, se hallaron restos óseos humanos enterrados en el terreno.

El hallazgo ocurrió el pasado viernes, mientras una cuadrilla de obreros trabajaba en el lote de Avenida Congreso al 3700, donde próximamente se levantará un edificio. En plena remoción de tierra, parte de un muro lindero cedió y dejó al descubierto restos que llamaron la atención de inmediato. Tras una rápida intervención policial, se confirmó que los huesos eran de origen humano.

Durante el fin de semana, el hecho comenzó a generar repercusión no sólo por la naturaleza del hallazgo, sino también por el vínculo con la emblemática figura de Cerati, quien alquiló esa casa durante dos años a la artista plástica Marina Olmi, hermana del actor Boy Olmi.

Ahora, fuentes judiciales adelantaron a los medios que ya concluyó la etapa de recolección de evidencia en el lugar, por lo que se levantó la consigna policial. Los primeros análisis forenses revelaron que los restos pertenecerían a una persona joven, de contextura física grande, y que podrían haber sido enterrados allí hace entre 20 y 30 años.

Según informó Marina Olmi, la propiedad fue adquirida hace tres décadas junto a su exmarido. “Se la compramos al hijo de una señora alemana, Olga Schuddekopf. Antes de eso, funcionó un geriátrico, y mucho tiempo atrás hubo una capilla y un establo”, explicó. También recordó que la casa, construida hace al menos un siglo, tenía sectores con un pasado “oscuro”, como una casilla de madera cerca de la pileta, donde solían hallarse objetos extraños.

La justicia continúa trabajando para determinar la identidad de la persona fallecida y el contexto de la muerte, mientras la noticia revive no sólo la memoria de un lugar marcado por una historia singular, sino también la figura de Cerati, envuelta esta vez en un misterio ajeno a su legado musical.