Repudiando a Larreta y sin mirar a Pachao

Seis efectivos de la Policía de Catamarca serán juzgados desde el 9 de septiembre por “tortura seguida de muerte”, por los aberrantes y trágicos episodios ocurridos en una comisaría durante el gobierno de Lucía Corpacci, que por esas horas armaba un acto de propaganda en el Poli Capital para “festejar” el primer año de su triunfo electoral.

El padre de la víctima,  Telmo Alejandro Pachao, protestó frente a Casa de Gobierno pidiendo justicia. Nadie le dio bola, y siguió llorando y reclamando hasta que se mató en un accidente de tránsito. El Gobierno se sacó un peso de encima y pasaron diez largos años hasta que el caso llegó a juicio.

No pasó nada con el área de Seguridad, no pasó nada con el jefe de Policía. Al gobierno no le importó mucho que mataran a Pachao ni las torturas en la comisaría.

Pero eso sí, la misma gobernadora que hizo la vista gorda ante ese horrible caso, salió a firmar un repudio a la Policía porteña, por incidentes en la casa de Cristina Kirchner.

“Repudiamos las provocaciones ejercidas por el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires mediante la colocación de vallas, la represión con gases y camiones hidrantes y la violencia física para con ciudadanos y ciudadanas que libremente desean manifestarse en el espacio público. Condenamos la violencia ejercida por la Policía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires contra el presidente del Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires y diputado nacional, Máximo Kirchner, cuando intentaba acercarse al domicilio de la compañera Cristina Fernández de Kirchner, hecho que evidencia la ausencia de principios y valores democráticos en la conducción de la policía. Rechazamos la detención de personas por manifestar una idea política, como sucedió la semana pasada con militantes y dirigentes que habían concurrido a expresar su apoyo a la vicepresidenta. Las amenazas expresadas a viva voz por integrantes de las fuerzas de seguridad nos retrotraen a los años más oscuros del pasado reciente. No existe circunstancia que justifique la partidización de las fuerzas de seguridad en su accionar”, dice el documento.

Repudian la violencia de la policía porteña contra Máximo Kirchner (aunque hasta donde sabemos felizmente está vivo y enterito) y contra los fanáticos K (también todos sanitos), pero no repudian las torturas y muerte de su propia policía.

Es una vergüenza lo que están haciendo, pero muestra bien clarito qué es lo único que les importa y que es lo que no les importa un bledo.

Quieren empujar a la gente al estallido haciendo creer que está en riesgo la democracia y el derecho, hablan de Ecuador, de Brasil, de Bolivia, pero no dicen una palabra de la escandalosa corrupción ni de los bolsos de López ni del enriquecimiento de Báez.

Cuidan a sus jefes y sus bolsillos, que les mantienen sus privilegios y usan a la gente como ovejas. Mientras tanto a los Pachao que los maten a golpes. Es la realidad y no tienen manera de desmentirla.

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