A la Defensoría del Pueblo le podaron el presupuesto. En la primera instancia legislativa de tratamiento del proyecto los diputados ya le aplicaron el recorte. Pero algunos miran la noticia entrecerrando los ojos, con sospecha. Les suena como a orquestado. Como una puesta en escena para la gilada. Una triquiñuela para aparentar responsabilidad financiera mientras le dan a Mera su caja.
El recorte se produjo en el trabajo de comisión. Los diputados del órgano de Hacienda decidieron reducir en 190 millones de pesos el monto solicitado por la Defensoría del Pueblo. El organismo que conduce Dalmacio Mera había pedido 2.044 millones de pesos (2.044.000.000). Pero con la merma, quedará en 1854 millones. Tampoco es que lo dejaron indigente. Uno punto ocho billones de pesos es un montón de plata.
Lo que a algunos le resultó extraño fue la notable difusión que la noticia tuvo, ocupando espacios en casi todos los medios de comunicación de la provincia en sus diferentes formatos y soportes. Algo así como una operación de prensa coordinada para hacer visible el hecho de que la Comisión de Hacienda le había mochado el presupuesto a Mera. Como si hubiera un gran interés en que se sepa.
Alguien podría decir que es simplemente la difusión de la actividad legislativa. O que los diputados se querían anotar un porotito, haciendo notar su responsable gestión en la administración de los recursos. Sobre todo cuando el temita del presupuesto de la Defensoría del Pueblo fue tan mediatizado.
Pero otros, más desconfiados, encuentran argumentos para pensar en teoría de la pantomima tribunera. Una simulación de recorte, tomando como base un presupuesto inflado para terminar en el número deseado, a pedir de boca del Ombudsman. “Algo así como el Black Friday”, dicen, “que te suben los precios para luego aplicar un descuento mentiroso y vender la ilusión del ofertón, cuando en realidad es igual o hasta más caro que en su precio regular”. ¿Será? ¿O es demasiada suspicacia?
