Que laburen los giles

El Gobierno de Catamarca acaba de decretar casi 50 días de vacaciones para la Administración Pública, un receso abusivo, grotesco y poco serio, que demuestra la irresponsabilidad de autoridades que eligen el camino cómodo de bajarle la persiana al Estado y repartir dinero a cambio de nada, sólo para asegurarse un fin de año tranquilo.

La cultura de trabajo, la promoción del empleo, todo eso es verso para los partes. Lo que se elige es gozar de cargos públicos aplastando a la población, porque detrás de esta medida que algunos inocentemente festejan, los reducen a la nada, se adueñan de sus vidas, les limitan cualquier progreso. Los quieren así: esclavos, súbditos, guardados en su casa.

Este Gobierno que se regala más de un mes y medio de vacaciones, que admite así la inutilidad e improductividad de su gigantesca estructura clientelar, de paso cañazo pone en pausa la mayoría de los pagos, con esa remanida excusa del receso con el que hará que muchos proveedores deban esperar hasta febrero sin chistar.

Es un Gobierno que mató al sector privado con impuestazos, que multiplicó su recaudación con un nivel de angurria asombrosa, y que lo usa para esto: para relajarse y que el sector privado le pague la fiesta.

Porque los miles que cobrarán sus sueldos sin hacer nada, cobrarán con la plata que aportan los que sí trabajan, y no reciben a cambio ningún beneficio: sólo una soga que los ahorca para mantener a la casta de privilegiados que nombran a sus familiares, pasean en avión, hacen negocios y viven como reyes.

Es un Gobierno que le da la espalda a la población de casi medio millón de catamarqueños, para “gobernar” exclusivamente para su masa de empleados cautivos, lo que le asegura los votos para las elecciones.

Un mes y medio sin hacer nada, y se jacta encima de repartir plata para que los municipios paguen aguinaldo: el Gobierno se jacta de concentrar toda la caja, lo único que le interesa en el mundo, para auxiliar municipios que no pueden hacer frente ni a los gastos más elementales como los sueldos.

El viernes 16 miles y miles de empleados públicos saldrán de sus oficinas (los que van, porque hay otros miles que sólo van al cajero una vez por mes), y volverán en febrero a ver qué onda.

Es una vergüenza, es un daño enorme a la provincia y a su gente, porque la realeza sólo está preocupada en su Mesa de Negocios y lo demás no importa nada.

Encima hablan de un bono, de regalar más dinero, como quien le tira maicitos a las gallinas. Y siguen avanzando sobre la Justicia, sobre los organismos de control, nombrando asesores y llenándose los bolsillos.

Un mes y medio sin hacer nada. Es la gran medida oficial de quienes dicen “conducir” la provincia.

La visión del catucho 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí