¡Qué jugada Román!

Román hizo una gran jugada, y no es Riquelme. Es Román Elías Guitián, un cacique del interior catamarqueño, que está al frente de la comunidad Atacameños del Altiplano, en el departamento Antofagasta de la Sierra.

La historia es más o menos así: Román y su gente vienen protestando hace tiempo, luchando en defensa de sus tierras, contra los avances y atropellos de las grandes empresas mineras, grupos foráneos que en muchos casos avasallan sus derechos y amenazan sus condiciones de vida ancestrales.

Román levanta banderas, reclama, defiende a su gente. Y como mucha gente que hace eso contra el poder de las mineras, su lucha molesta.

El caso es que de la noche a la mañana, Román Guitián apareció con un cargo de supervisor en Casa de Gobierno.

Se trata de los famosos índices, el sueño dorado de parientes y amigos de funcionarios, que son sueldos a cambio de no hacer nada.

El “supervisor índice” no tiene tareas asignadas, no tiene presentismo, no tiene que marcar tarjeta, firmar planilla, apoyar el pulgar ni mirar a un aparatito que controle si trabaja o no trabaja. No tiene que hacer nada.

La tarea de los índices consiste en ir una vez al mes al cajero y cobrar. Los índices pueden durar años, y todos los gobiernos los cuentas por cientos o miles. Es el privilegio máximo, es cobrar por amistad, por militancia, por parentela.

Los funcionarios nombran índices para pagar favores o para sacarse de encima a algún pesado. El que tiene un índice no jode más: cobra y se queda piola en su casa.

Parece que a alguien se le ocurrió el nombramiento como método fácil para domar al cacique. “Metele un índice, dale un nombramiento y si vuelve a protestar lo pierde”, habría sido el razonamiento, creyendo que lo habían atado de pies y manos como si fuera una vicuña para esquilar.

Pero hete aquí que el cacique Román se vino a la ciudad, con abogada propia a mano, a renunciar al índice y desnudar la presunta maniobra.

“Mi postura fue siempre la misma, defender los derechos territoriales de nuestra comunidad. Lo que está haciendo el Gobierno lo hace arbitrariamente, no hace la consulta previa libre e informada con la comunidad y ahora está autorizando a las empresas mineras en medio de la pandemia, cosa que no deberían estar haciendo por cuanto violan nuestras leyes. En ningún momento presté conformidad, estuve en el campo, con el ganado. Nunca me dijeron nada de esto del índice y me puse en contacto con mi defensora. No firmé nada, nunca, ¿cómo lo voy a hacer si estaba en el campo?”.

El Catucho.

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