Hay algunas diferencias entre los spots publicitarios filmados por las empresas porteñas que cobran en dólares y la realidad catamarqueña.
Maquillados como artistas de cine, en las publicidades del gobierno, son todos amor y ternura. Con música triste desparraman dulzura y hablan de escuchar al otro, de cómo se metieron en política para servir a los demás, de cómo se emocionan con la gente y cuánto se desviven por el pueblo.
Son todos hermosos y buenos, besan niños y ancianos, caminan por la calle mostrando que son iguales que nosotros (nunca salen en camionetas 4×4 con custodia en los spots), sonríen en cámara lenta y y tienen tantas cosas lindas para ofrecernos que más que un voto dan ganas de darles el Premio Nobel de la Paz.
Así es en las propagandas que, a costos multimillonarios, nos taladran la cabeza todo el día en afiches, radios, diarios, TV, redes sociales, YouTube, Facebook, Twitter, Instagram y cualquier plataforma en la que algún busca pueda facturar.
En la vida real no son tan tiernos ni tan dulces, como lo sabe cualquiera que haya intentado pedirle un favor a un funcionario, que le atienda el teléfono, que le solucione un problema, que se haga un trámite.
Lo saben por ejemplo los docentes que tienen que pasar por el martirio de Reconocimientos Médicos cada vez que se enferman. Y ya sea que tengan apendicitis o diarrea, una pierna amputada o triple fractura expuesta de columna, lo mismo tienen que ir a ser basureados para demostrar que tienen un problema de salud.
¡Ojo! No vaya a ser que se les pague una hora cátedra que no les corresponde porque no tienen la historia clínica, la muestra de sangre y orina, y el certificado de defunción sellado y al día.
Que se jodan: si no les gusta que se hagan legisladores: ellos trabajan de mayo a noviembre y nadie les toma asistencia. Y cobran desarraigo y dieta, y viáticos y pasajes y millones sin necesidad de dar presente nunca, ni de presentar certificados de nada.
Pero si sos docente no tenés esa suerte. Tenés que ir a Reconocimientos Médicos, el organismo que dirige Analía Leiva de Ominetti.
Y ella, igual que la mayoría de los funcionarios, no habla como en las publicidades de campaña ni trata a la gente como en los spots. Habla distinto. Veamos qué dice:
“Hay que llamarla a señora Reyes y darle un turnito, pero avísenle a los chicos de Salud Mental que es una mentirosa, es tal como la caratulé yo, de inicio es para echarla, o sea para mandarla al freezer. Y denle un turnito para la semana que viene nomás, cosa que lo vea Arielito e Inesita y que le den una patada en el traste. No se la hagan fácil chicos de la tarde… a la mañana también tuvimos mucha gente, pero se la hicimos complicada… que esperen, no es cuestión de que van a ir a buscar licencia la encuentran toda fácil, los médicos atienden rápido, el turno lo tienen rápido y salen sacando la licencia de la víspera de Pascua muy tranquilamente, así que no se la hagan sencilla la cosa. Con lo cual verifiquen bien toda la documentación, si solamente vienen por dolor por la lumbalgia por los tres días; bueno ‘ya no corresponde’, si es por los últimos dos días ‘a ver qué dolor tenés, qué estudios te hiciste, te autorizo un día, tráeme el lunes la documentación para justificarte el miércoles…’. Hacésela difícil, cosa que sientan que es complicado sacar licencia, que no es tan sencillo como ellos creen, venir, pararse, que les firmen un papel y se van a la mierda sin laburar mientras nosotros estamos ahí esperándolos. Hágansela complicada. No discutan, no confronten, trátenlos con amabilidad aunque se merezcan una patada en el trasero. Trátenlos con toda la amabilidad y simplemente díganles ‘Señooor, el sisteeema, como no tiene estuuudios, no me permite autorizarle los dos últimos días tratándose de una víspera de feriado. Le autorizo un solo día y tráigame el estudio pertinente para que el sistema me habiliiite a otorgarle un día más de licencia, porque por su patología el sistema me autoriza 24 horas… a menos que tenga algo comprobado que se scaneaaaaa, y entonces en ese caso usted tiene un día más’… Hágansela complicada para que aprendan estos hijos de puta”.
Hermoso, ¿verdad? Esa es la cara real de los funcionarios de la “Querida Catamarca”. Funcionarios que instruyen cómo burlar al enfermo que necesita ayuda para no perder dos pesos de la miseria que cobran.
Total son gente de m… que merece una patada en el trasero. No son ministros ni diputados ni senadores ni gente importante.
Sin palabras.