El presidente ruso, Vladimir Putin, ha criticado el envío de bombas de racimo, prohibidas por más de 110 países, desde Estados Unidos hacia Ucrania. Putin aseguró que su ejército tiene “reservas suficientes” del armamento para responder a los ataques.
Aunque el ejército ucraniano aún no ha utilizado las controvertidas bombas de racimo, prohibidas por la Convención de Oslo en 2008, las reacciones no se han hecho esperar. España, Gran Bretaña y Canadá se sumaron al rechazo, y Putin también expresó su opinión al respecto.
En una entrevista con una emisora estatal, Putin destacó la resistencia de las tropas rusas y su capacidad para pasar a la ofensiva en ciertos sectores. Además, afirmó que poseen “reservas suficientes” de bombas de racimo y se reservan el derecho a utilizarlas si Ucrania las utiliza primero.
El presidente ruso cuestionó la gestión estadounidense por el envío de las bombas y citó palabras de funcionarios de Washington que calificaron su uso como un delito. Putin enfatizó que las bombas de racimo son vistas de esa manera por su administración.
A pesar de la advertencia de Putin, las bombas de racimo no son nuevas en el conflicto en Ucrania. Durante el primer mes del conflicto, las milicias rusas las utilizaron en más de 40 ataques, según informes de la ONU.