¿Por qué el consumo crece pese a la inflación?

Los primeros cinco meses de 2022 fueron duros para el bolsillo de los argentinos. La suba de precios fue mayor al 4% mensual en el primer bimestre y superó el 6% en marzo y abril, resultando de una inflación interanual no vista desde el fin de la última hiperinflación. La suba de los alimentos fue muy pronunciada por encima del 6% durante los primeros cuatro meses del año por factores globales como el alza de precios internacionales pero en conjunto con factores locales, como la sequía y la recomposición de precios de consumo masivo tras el congelamiento. Esta situación llevó al gobierno de redireccionar la política de ingresos para morigerar el impacto. Un nuevo informe de Ecolatina pone luz a algo que resulta paradójico: el consumo sigue creciendo pese a la aceleración de la inflación. ¿Cómo se explica?

Los niveles actuales de consumo no parecen corresponderse con la marcada aceleración nominal, según explicó Ecolatina. Pese a la aceleración de la inflación, “estimamos que el consumo privado creció cerca de 9% i.a. en el primer trimestre del año y se podría mantener en terreno positivo, aunque con una desaceleración en la mejora, en los tres trimestres restantes”.

En parte, “esto se debe a que los deciles más altos, menos golpeados por la aceleración de la inflación, son los que demandan relativamente más servicios y bienes de segunda necesidad, dando la “percepción” de una mayor demanda general. Además, en un contexto de alta inflación, estos sectores pueden optar por adelantar consumo de bienes intermedios o durables (como indumentaria, electrodomésticos, entre otros), ante el desincentivo que genera ahorrar en un contexto de falta de previsibilidad de mediano plazo”. Esto también se combina con que los sectores de servicios vinculados al turismo, esparcimiento y transporte son los que están lidereando la recuperación de los últimos meses, cuando anteriormente habían sido los más rezagados producto de las restricciones sanitarias, posiblemente dejando cierto “consumo reprimido” que está siendo saldado en la actualidad.

“A diferencia, los sectores de menores recursos son los que pueden estar recortando consumos esenciales. Los estratos más bajos, con canastas de consumo más acotadas, se encuentran retrayendo su gasto frente a la marcada pérdida del poder adquisitivo ocurrida en el primer cuatrimestre”, afirmó la consultora.

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