Se anunció una nueva visita de Alberto Fernández a Catamarca, quien viajará hasta aquí y dedicará buena parte de su día… ¿a inaugurar un hospital? ¿a habilitar una red de cloacas? ¿a traer recursos para los catamarqueños? No… a festejar que 76 años atrás el peronismo ganaba una elección.
Una fiesta que podría entenderse en Luxemburgo, pero no en un país endeudado, que tiene que repartir millones de planes sociales porque no hay trabajo, con una provincia como Corrientes incendiada, con otra provincia tomada por los narcos como Santa Fe (al menos Rosario), con miles y miles de indigentes.
¿Se pagará el pasaje él? ¿Se lo pagarán los compañeros? ¿Vendrá en colectivo? No queremos suponer que va a usar un avión de la flota presidencial y a anotarse el viaje como oficial, porque lo que haya pasado con su partido político ocho décadas atrás (ni él había nacido), ciertamente no es de interés público.
Ya se sabe que el peronismo festeja y recuerda todo, que nació Perón, que murió Perón, que nació Evita, que murió Evita, que votó Evita, que Perón se fue exiliado, que Perón volvió del exilio, que el día de la lealtad, que el día del Mantecol saborizado, que el día que Tula se compró el bomb… Le llaman mística. Vaya a saber.
¿No hay cosas más importantes para que haga un Presidente de la Nación? Porque hasta donde sabemos es presidente de todos, de radicales, de peronistas, de libertarios, de comunistas… un país no es una unidad básica del barrio.
Si los militantes quieren celebrar allá ellos, que lo hagan. Pero un funcionario de tan alto nivel, que tiene responsabilidades ejecutivas, que tiene que gobernar un país… podría dejar un poco de lado la propaganda partidaria.
Más todavía, si quisiera venir a descansar, porque le gustó Las Juntas o porque quiere comer más empanadas, no hay problema. Pero dejar Casa Rosada para un acto partidario tan traído de los pelos no tiene sentido. A ver… ¿Cuándo se hizo en Catamarca un acto por el aniversario de las elecciones de 1946?
Y acá van a ir en masa, porque dan la vida por una foto Cholula.
¡Ay Dios! Sigan festejando las elecciones de 1946, porque en las de hace un par de meses se comieron una paliza. ¿Por qué será?