El Gobierno de Catamarca, en su afán por mostrarse a tono con Casa Rosada, lanzó su programa de retiros voluntarios, no se sabe bien para qué, si para ahorrar, si para tener menos empleados públicos o para tener algo que ir a mostrarle a Javier Milei y decir que están haciendo los deberes.
El plan es una vergüenza total: le proponen dejar de trabajar a personas, según sean hombres o mujeres, desde los ¡45 a 50 años! Plena juventud, plena capacidad física e intelectual, plena capacidad productiva. La gran propuesta del Gobierno catamarqueño es que no hagan nada, que no jodan, que se queden en su casa de por vida y les pagan lo mismo.
Es patético, humillante, es el fracaso definitivo de éste y otros gobiernos que prometían generar empleo privado, de éste y otros gobiernos que prometían congelar nombramientos. No pudieron hacer nada, no resolvieron nada, y ahora quieren sacarse de encima el mismo problema que ellos generaron y siguen generando.
¿Qué problema? El de hacer un Estado gigante, porque no se nombra gente para trabajar o para cumplir una función, se nombra gente para pagar favores, para acomodarla, para hacerle la vida fácil a los amigos. Y eso durante años y años, entonces llega un día, que todos sabían que iba a llegar, en que tenés miles y miles de personas para hacer nada. Personas que cobran y no producen nada, no trabajan.
Empleados que marcan tarjeta y salen a hacer compras, que salen de la oficina porque no alcanzan las sillas o que directamente no aparecen porque un amigo jefe les firma la planilla y listo.
En algún momento querían controlar, pero fue imposible. Hay gente que cobra sueldos del Estado catamarqueño que ni vive en Catamarca, hay gente que cobra más de un sueldo, hay gente que lleva meses y años con licencias por supuestos problemas de salud. Nadie pudo frenar eso. Y ahora los genios del gobierno tiran la toalla y se rinden: está bien, ganaron, quédense en su casa, les pagamos lo mismo.
Lo hace porque hay miles y miles que cobran sin trabajar. Y eso quedó en evidencia en la pandemia, cuando cerraron cientos de organismos públicos, mandaron a la gente a la casa y a nadie sele movió un pelo. Todo siguió igual.
Entonces ahora les proponen una salida salomónica: listo, son vagos, cobran por rascarse o ni van, vamos a blanquear todo. Te pago la mitad del sueldo o un poco más según los años que tengas como ñoqui y quedate piola.
“Lo invito a retirarse”, vas a seguir cobrando y todos contentos. Ya nadie te va a pedir que traigas certificados ni que justifiques la falta. No vengas más y está todo bien, vas a cobrar un poco menos.
Es un desastre, y encima le mantienen la obra social, claro, porque sino no se va a ir nadie. Pero ¿quién paga esa obra social? Los giles que siguen laburando, con sus aportes, van a mantener a los vagos. Sí, con la tuya. Y les pagan aportes jubilatorios, y todo lo que haga falta, hasta que les llegue la edad de jubilarse, y ahí siguen cobrando hasta que se mueran. Todo eso se puede lograr con una antigüedad de ¡cinco años!
Qué buen mensaje, qué progreso para Catamarca. Qué oportunidad para el desarrollo personal. Laburás cinco años y el Estado te paga de por vida para poder decir que achicó la planta estatal.
Esto es escandaloso, y lo presentan como la gran idea. Porque hay que ahorrar, mientras gastan lo mismo en índices políticos y amigos que se llevan millones.
Pobre Catamarca, pobres catamarqueños.
El catucho