Pedir sabemos todos

Pedir y pedir. Pedir y esperar. Pedir y festejar. A eso se vienen limitando desde hace tiempos los gobiernos catamarqueños, que no tienen más reflejos que mirar a Buenos Aires y extender la mano para ver que les toca. Si llega algo se tiran fuegos artificiales, si no llega nada se lamenta. Nunca se cae una idea.

Ahora que viene el presidente Alberto Fernández, están todos emocionados. Quieren la foto, el cruce de elogios de rigor, y esperan que abra su bolsa y reparta, como un Papá Noel que baja de la chimenea.

Es más fuerte el pedido ahora, porque se unieron diez provincias. Eso es bueno en parte, pero no tanto. Los pedidos son tan grandes que se diluyen. Hubo una postergación histórica, claro que sí. Y es natural: los votos que definen las elecciones no están en Catamarca, La Rioja y Formosa. Cualquier barrio de Buenos Aires tiene más habitantes y más votos.

Y el Norte siempre fue postergado: eso es injusto. Pero es lo mismo que hace cada gobernador con su interior. Por eso en Capital se habla de poner wifi gratis en las plazas y en el interior hay localidades que no tienen energía eléctrica. Por eso en Capital hay 200 cajeros y en pueblos del interior uno o ninguno. Porque cuando hay elecciones en Catamarca los ganadores se definen en el Valle Central, no en los parajes de Belén o Antofagasta.

Es linda la quejosa muletilla de los porteños malos, pero la historia se repite provincia por provincia.

¿Le dan más importancia a Buenos Aires que a Catamarca? Sí, lógico: allá hay 20 millones de personas y acá no llegamos al medio millón.

Y eso no se revierte pidiendo ni haciendo reuniones. Se revierte con todo lo que acá no se hace. Por ejemplo, con legisladores nacionales que trabajen por la provincia y no por ellos.

Tantos inútiles se hicieron ricos disfrutando su banca y sus fueros, sin aportar NADA a Catamarca. Pero nada, eh. Por décadas. Pasaron decenas de diputados y senadores nacionales por el Congreso sólo para cobrar dietas y cambiar pasajes por efectivo.

Noticia: ahí es donde se hacen las leyes, ahí es donde se cambian las desigualdades.

Pero eso no pasa. Los que van se acomodan y votan como tienen que votar, cuidan su quintita y nada más. Después vienen y se quejan del centralismo.

La mayoría de los legisladores nacionales que tuvo Catamarca fueron kirchneristas con los Kirchner, delarruistas con De la Rua, menemistas con Menem y macristas con Macri. Simples ovejitas siguiendo al ganado sin chistar. Y cuando hicieron oposición, fue sumándose a los parlanchines de turno. De los intereses provinciales, nada.

Entonces no nos quejemos tanto. Votemos mejor. Ahora se van a elegir representantes de la provincia otra vez, y ya están los de siempre viendo a qué familiar o amigo acomodan, a quien le dan el número ganador de la rifa.

Hay legisladores que llevan décadas en el Congreso rascándose y cobrando.

Ahora piden para el NOA y el NEA: una ilusión. Son realidades distintas. Nada que ver los problemas del Litoral y sus fronteras con estas montañas sin salida.

Lo que tienen en común es lo poco que hacen sus gobiernos provinciales.

Formosa, Catamarca, Santiago del Estero, Chaco… ¿qué hicieron para achicar el empleo público? ¿Hubo algún gobernador que se fuera con menos estatales de los que encontró al asumir? No, todos nombran y nombran, y después lloran por la falta de recursos.

Inventan índices para cientos de ñoquis que después pasan a planta, y son millones que se gastan año tras año, cada vez más. Y esperan que venga el presidente para pedir promociones de empleo.

Pedir sabemos todo. Pero hay que hacer algo. Porque así seguimos como esclavos y nos alegramos porque nos ponen cadenas nuevas. Siempre dependiendo de los demás, incapaces de crecer de verdad, malgastando presupuestos mientras la gente pasa hambre.

Es así como los gobernantes mantienen sus votos cautivos. Es así como Nación mantiene cautivos a los gobernadores. Nada cambia.

Los que ayer aplaudían a Macri hoy aplaudirán a Fernández. Trabajan de eso y les va bien: nosotros esperamos, como mendigos de mendigos, que alguna vez nos toque algo en el reparto.

El Catucho.

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