Facundo Manes y otros diez diputados radicales publicaron ayer por la noche una carta en la que le exigieron al presidente del bloque Rodrigo De Loredo que “reordene” la bancada de la UCR en la Cámara baja y separe a los cinco díscolos que apoyaron el veto presidencial. Entienden que ellos “se fueron solos” al sacarse la foto con Javier Milei en la Casa Rosada. Los legisladores que responden al neurólogo y a Martín Lousteau esperan que el cordobés los eche de la bancada, y en caso de no ejecutarlo, insistirán con el reclamo. En las próximas horas se espera que se difunda otro documento con una respuesta de los apuntados.
“Es una guerra de comunicados”, bromean cerca de De Loredo. El presidente del bloque radical no le hará caso a ninguno de los dos sectores, y confía en que podrá lograr un equilibrio dentro de las tensiones que tuvieron su punto cúlmine el martes durante la reunión de la bancada. Quienes fueron parte de ese encuentro aseguraron que hubo gritos y fuertes acusaciones sobre el historial de cada boina blanca. “Los ahora libertarios vinieron con el cuchillo entre los dientes”, describieron.
El presidente del bloque convocará a una reunión la próxima semana y hará un “llamado a la reflexión” a todos sus correligionarios. En su análisis, todas las bancadas están atravesadas por los mismos conflictos y enfrentamientos, de hecho, tiene presente el escándalo que se desató en La Libertad Avanza con la visita a genocidas en el penal de Ezeiza, que derivó en la expulsión de Lourdes Arrieta.
En simultáneo, la Convención Nacional de la UCR -uno de los principales órganos partidarios- adelantó que sancionará a los diputados que no hicieron caso al pedido de defender el proyecto original de la reforma previsional. La intervención generó cierta confusión. En Evolución consideran que si avanza esa suspensión de las afiliaciones quedan expulsados automáticamente del bloque.