Catamarca choca cien veces con la misma piedra, y tras el estruendoso y escandaloso fracaso de las empresas estatales, verdaderas esponjas que chupan presupuesto sin rendir cuentas jamás, nada se corrige: al contrario, inventan más empresas.
El nuevo Frankestein traga-dinero-público se llama “Industrias Frigoríficas Catamarca Sostenible S.A.”, empresa mixta público y privada que se suma a la multitud de inventos peronistas para manipular fondos públicos.
La empresa fue constituida recientemente “para potenciar las oportunidades agroindustriales de la provincia de Catamarca de una manera sustentable” dice el parte oficial, y lo demás es un calco de las empresas anteriores, una sociedad con una duración de 99 años, que seguramente empezará a recibir millones y millones que nadie sabrá a qué se destinan.
Ya lo dijimos aquí, uno de los puntos más bajos de los últimos gobiernos peronistas fueron las empresas estatales, ese invento a mitad de camino entre la cosa pública y privada, que como tantas veces observamos, se alimenta de recursos públicos para eludir controles como un privado.
Fracasaron todas o casi todas. La mayoría de forma bochornosa. Se convirtieron en chupasangre del Estado, en plataformas de negocios poco transparentes, y casi ninguna cumplió su función. Ninguna logró los objetivos.
Pero por alguna razón, se insiste en este modelo, curiosamente explotado cada vez que se acerca un período electoral. La última aventura había surgido en Tinogasta, donde se creó otra sapem más, la enésima, ésta llamada “Tinogasta Productiva Sociedad del Estado”.
Una maravilla más, como los PRODUCAT, AICAT, CATAMARCA RTV, CAMYEN y tantas otras invenciones parasitarias que viven del dinero del pueblo, con cuerpos directivos de funcionarios puestos a dedo que cobran sueldos de lujo como si fueran gerentes de una multinacional, que comen y comen recursos oficiales.
Y ahora parece otra más, y se sumarán en los boletines oficiales los registros del dinero que se les regala a cambio de nada.
“Copiar el éxito ya es bastante mediocre… copiar fracasos es casi inexplicable. A menos que en el camino alguien saque jugosas ganancias. Quizás esas empresas estatales que a la vista de todos fracasaron, a los fines de algunos particulares fueron un éxito”.
Estas aparentes pérdidas, suculentas pérdidas para el fisco, evidentemente dan buenas ganancias para algunos pícaros.
La visión del catucho