El Gobierno decretó el veto total de la reforma jubilatoria sancionada por el Congreso, la cual proponía elevar el haber mínimo y establecer una nueva fórmula para el cálculo de los ingresos de los jubilados. Esta decisión deja la pelota en la cancha del Poder Legislativo, que ahora deberá decidir si insiste o no con el proyecto vetado.
Pablo Agüero, titular de la ANSES en Catamarca, manifestó su respaldo al veto presidencial, calificando la medida como “bastante atinada”. Según Agüero, el presidente ha tomado la decisión de no comprometer el déficit fiscal, uno de los principales desafíos económicos que enfrenta el país.
“Lo que había que preguntar a los senadores es cómo se iba a financiar la propuesta, especialmente a aquellos senadores que apoyaron la medida, sin recordar que en 2010, Cristina Fernández de Kirchner vetó el 82% móvil de las jubilaciones”, comentó Agüero, recordando las decisiones económicas del pasado.
Agüero también citó las palabras de la expresidenta en ese entonces: “Ella decía que la propuesta sería una estafa para los jubilados y pondría en riesgo la estabilidad nacional”.
Al referirse al costo político que puede tener el veto, Agüero fue enfático: “El Presidente está priorizando el control del déficit fiscal porque, de no hacerlo, la carga caería sobre todos los argentinos en forma de más impuestos, mayor emisión o endeudamiento. Lo que está en juego es la estabilidad nacional”. También destacó que la actual gestión ha logrado disminuir la inflación, algo que consideró como el “impuesto más perjudicial” para el bolsillo de los argentinos.
Con este panorama, el futuro de la reforma jubilatoria está en manos del Congreso, que deberá sopesar los argumentos económicos y las consecuencias sociales de insistir en su aprobación.