Viene de mal en peor Fabiola Segura, ministra de Seguridad, cuestionada por los desaciertos de su gestión y falta de capacidad, con un agravante en los últimos tiempos: la aparición de familiares involucrados en casos delictivos, que lograron comprar su impunidad. Claro, hablamos del extraño asalto de Barrio Parque América, donde los delincuentes fueron sobreseídos a cambio de desembolsar una suma millonaria. Parientes, que por otra parte, eran proveedores de la propia ministra.
Una gestión escandalosa, sostenida no se sabe por qué, si amistad o qué compromiso habrá para poner la seguridad provincial en manos de alguien que evidentemente no tiene conocimiento ni preparación.
Y viajando de Guatemala a Guatepeor, Segura hizo asumir al nuevo jefe de Policía, una decisión que generó tremendo malestar en la fuerza.
¿Qué pasó? Que ahora el mandamás de los uniformados es Walter Quiroga, comisario que viene de la Unidad Regional 1, donde acumula muchas denuncias en su contra.
Hostigamientos, malos tratos, amenazas, persecución y hasta acusaciones por la muerte de un efectivo que, según sus familiares, fue víctima de las presiones recibidas por el ahora número uno de la policía. Se trata del efectivo Wilson Leguizamón, quien terminó quitándose la vida, tragedia que sus seres cercanos atribuyen al acoso al que lo sometía Quiroga.
En las filas policiales nadie puede creer que se haya nombrado jefe a uno de los más cuestionados, y el clima está enrarecido en la esquina de Chacabuco y Tucumán.
Fabiola Segura terminó el 2024 muy mal, y está empezando el 2025 peor.
El catucho