“No Raúl, a éste no lo tocás”

Ahora que Raúl Jalil descansa merecidamente en el exterior, es un buen momento para repasar la “reestructuración” del Gobierno, un cambio anticipado entre gallos y medianoche que cuando se hizo público llegó diluido y sin sabor.

Con la excusa del recorte, el ahorro y el ajuste, se dejó trascender primero que iba a haber un tremendo achique de ministerios, pero al final no pasó casi nada: siguen una docena de ministros y quedaron en el camino cuatro con muy pocos cambios importantes.

Pero los que se fueron hablan y cuentan cosas, y explican qué fue lo que pasó.

Por ejemplo, comentan por qué no se hizo la fusión más fácil de todas: Salud y Desarrollo Social, que históricamente fue un solo ministerio en Catamarca y funcionó así por décadas.

El detalle es que Desarrollo Social fue durante toda la gestión Jalil el nicho de Luis Barrionuevo en el gobierno, y apenas se supo que iban a volar a su familiar apadrinado Gonzalo Mascheroni, el veterano gastronómico llamó a Jalil y le aclaró que a él no lo tocaba nadie.

Siempre sumiso a Luis, Jalil bajó la cabeza y metió una furiosa marcha atrás, para no hacer enojar a Barrionuevo.

Es que ese ministerio es la cajita feliz de los Barrionuevo Boys, y es intocable. Por eso pasaron Rivera, Mascheroni y el pobrecito Rojitas, todos ministros puestos por Barrionuevo.

Ni siquiera el horrible crimen de Juan Carlos Rojas fue motivo suficiente para que le quitaran el control de Desarrollo Social al barrionuevismo, aunque las principales hipótesis daban cuenta de que el origen del ataque estaría en afanos y deudas del propio ministerio.

Un llamado y cuatro gritos de Barrionuevo alcanzaron esta vez para parar en seco a Jalil, y se borró de la lista de cambios la unificación que estaba cantada desde el primer momento.

Mientras tanto, Desarrollo Social suspende el envío de alimentos para escuelas y comedores, pero no importa. La función que cumple es otra, y la seguirá cumpliendo.

Sí, Barrionuevo fiscalizó a Milei y le hizo campaña a los libertarios, pero eso no rompe el romance con Jalil. Hay emergencia, pero no tanta como para no respetar los rangos.

El catucho