No hay peor cuña que la del mismo palo dice el refrán, y el que lo está saboreando personalmente es Raúl Chico, el santamariano que se sumó al gigantesco gabinete de Raúl Jalil y ahora quedó en el umbral de recibir una grave denuncia.
El detalle es que a Chico lo quieren denunciar ¡los de su propio partido! Porque el hombre que se fotografiaba en las oficinas de Bacchiani y ahora es ministro, es apoderado de un sello llamado PARTE (Partido del Trabajo y la Equidad), una insignificante línea peronista que no moviliza votos pero en algún momento presumía con que era el partido de Alberto Fernández, el guitarrista que supo asumir como presidente antes de cederle el trono a Sergio Massa.
El que le apunta al bueno de Raúl es Rubén Ceballos, dirigente que llegó a ocupar una banca en la Legislatura y que dice que Chico falsificó un par de documentos en el partido.
“Nos damos cuenta que autoridades previamente acordadas en nuestro trabajo político han sido cambiados mediante presunta falsificación de firman de nuestros afiliados. Inclusive hay cuestiones vinculadas a movimientos de cuentas”, aseguró Ceballos para anticipar que el tema llegará a la Justicia.
Ceballos asegura que el partido PARTE viene flojo de papeles porque, según cree, Chico acomodó las cosas a su gusto y placer, incluso para negociar su llegada al ministerio.
“Estamos evaluando hacer una presentación a la Justicia para que se vaya dilucidando todo esto, porque quienes son los principales responsables son los apoderados”, detalló Ceballos con el ministro de Logística y Transporte en la mira.
Y bueno, así están las cosas. Todos se pelean con todos, hay internas ardiendo por todas partes, y ni el partido PARTE tiene paz.
Chico, muy tranquilo, sólo habría pedido tiempo. Parece que en cuanto termine de explicar lo del Plan Tomate se ocupa de este tema… ¡A papá mono con bananas verdes!