El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, dejó abierta la posibilidad de ordenar el asesinato del líder supremo de Irán, Ali Jamenei, al afirmar que dicha acción “no va a intensificar el conflicto, va a poner fin al conflicto”. Así lo expresó en una entrevista con la cadena estadounidense ABC News, donde fue consultado sobre informes que indican que el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, habría rechazado en su momento un plan israelí para matar al líder iraní por temor a una escalada bélica.
En sus declaraciones, Netanyahu insistió en que Estados Unidos debe seguir respaldando a Israel frente a la amenaza que representa Irán: “Hoy es Tel Aviv, y mañana será Nueva York”, afirmó, aludiendo al desarrollo del programa nuclear iraní.
Más tarde, en una conferencia de prensa, el jefe de Gobierno israelí aseguró que los recientes ataques contra Irán lograron frenar significativamente sus avances nucleares. “Estimo que los estamos haciendo retroceder mucho, mucho tiempo. No puedo dar más detalles. Tenemos objetivos y vamos a hacer un tratamiento de conducto”, declaró, con un tono desafiante.
La respuesta desde Teherán no se hizo esperar. El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Abbas Araghchi, acusó a Netanyahu de utilizar los ataques como una maniobra política para frustrar las negociaciones nucleares con Estados Unidos. “Todo parece indicar que el propósito del ataque criminal de Netanyahu contra Irán –la muerte de cientos de civiles inocentes, incluyendo mujeres y niños– es sabotear un acuerdo entre Irán y Estados Unidos, que estaba encaminado”, manifestó Araghchi en su cuenta de X.