Parece que manejar una caja pública es una tentación irresistible para repartir los caramelos entre allegados, conocidos y familiares, el método más viejo y efectivo para, en definitiva, quedarse con los caramelos en lugar de repartirlos.
Casos y antecedentes hay a montones, pero ahora quedó en la mira la señora María Fernanda Gómez, que hace un tiempo fue puesta al frente de la Obra Social de los Empleados Públicos (OSEP).
El escándalo surgió porque se hizo un contrato para avanzar con obras de “reparación” en las viejas oficinas de OSEP, que están en calle Junín entre Esquiú y Prado.
Tanta mala suerte tuvo Gómez, que dio la casualidad de que la empresa que ganó el trabajito y se lo adjudicó, aparentemente es de su esposo, Roberto Raúl Olmos.
Pucha, el destino. Y tanta mala suerte tiene el señor Roberto Raúl Olmos, que parece que justo pero justo este año en que fue nombrada ella, él también fue nombrado en condición de supervisor con un punto índice en Ministerio de Educación.
Pero qué cadena de casualidades. Es como que la familia está predestinada porque, adivinen… sí, el hijo de la señora Gómez también fue nombrado… ¡en OSEP!
Epa, falta un perrito familiar que sea la mascota oficial de OSEP para esta familia que ya podría preparar la mesa navideña entre órdenes de consulta.
La señora fue muy cuestionada y lejos de desmentir defendió la contratación del nene. Según ella su hijo “fue objeto de demanda de la obra social porque él se había capacitado para crear la app OSEP MOVIL y es muy importante para acceder a distintos servicios de la obra social”.
Qué suerte, justo OSEP necesita a su marido para arreglar oficinas y a su hijo para las aplicaciones. Tantos años trabajando OSEP y desde que asumió ella resultó que toda la familia es imprescindible.
Pero no todos creen en las coincidencias cósmicas, y el diputado provincial por el Frente Amplio Catamarqueño (FAC), Hugo Ávila, ya presentó ante la cámara baja el pedido de informe al Poder Ejecutivo Provincial para investigar esta cadena de favores familiares con dinerillos públicos.
Avila sostiene que “la empresa constructora Roma Construcciones, propiedad de Roberto Raúl Olmos, marido de la señora administradora de OSEP, habría sido la empresa beneficiada, que realizó la obra de reparación y que también, producto de las influencias de ella con el Gobierno el 13 de mayo del 2022”.
El Grillo asegura que esto de los acomodos y negociados es moneda corriente y definió la situación como parte de los “malos ejemplos de quien conduce la Provincia” y “se reiteran los funcionarios de los niveles inferiores”.