En el día de ayer, Jonathan Silva, el hombre que transportó a Ariel Alanís desde El Pajonal hasta el empalme de la ruta 46, fue indagado y reveló información relevante sobre el caso. Según Silva, Alanís no cumplió con el pago acordado de $20 mil por el viaje. Ambos individuos fueron detenidos a principios de mayo y optaron por mantener silencio hasta ahora.
Después de la reciente detención de Simón Eduardo Díaz, conocido como “Pelu”, quien es considerado el tercer sospechoso en el caso, Alanís y Silva solicitaron una audiencia para ampliar su declaración indagatoria, la cual se llevó a cabo ayer.
Díaz, imputado como “coautor del delito de almacenamiento de estupefacientes, agravado por la intervención de tres o más personas organizadas”, afirmó que desconocía el uso del depósito ubicado en una finca de El Pajonal, donde se encontraron aproximadamente 200 kilos de marihuana. Sin embargo, admitió haber entregado dinero a cambio del uso del edificio, supuestamente para actividades relacionadas con carreras de caballos.
El fiscal federal, Rafael Vehils Ruiz, a pesar de las declaraciones de Díaz, mantuvo la imputación y consideró que formaba parte de una organización delictiva liderada por Alanís y Silva.
Bajo la representación legal de Pedro Vélez, Silva fue el primero en declarar ante el juez Miguel Ángel Contreras. Fue imputado como “coautor de transporte de estupefacientes en concurso real con almacenamiento de estupefacientes, agravado por la intervención de tres o más personas”. Silva afirmó ser inocente y aseguró que desconocía el contenido del depósito y los hechos relacionados.
Silva relató que el 4 de mayo, Alanís le ofreció $20 mil a cambio de un viaje desde El Pajonal hasta el lugar donde finalmente fueron interceptados y detenidos por la Policía de Drogas Peligrosas, cerca del empalme de la ruta nacional 38 con la cuesta de La Cébila. Según su testimonio, antes de partir en un automóvil Fiat Palio perteneciente a su familia, Alanís se bajó del vehículo y entró al depósito, cargando objetos en el baúl, incluyendo un dispositivo similar a un teléfono que supuestamente era para pesar.
Durante el viaje, Silva mencionó haber escuchado un audio que Alanís reproducía y en el que alguien decía “ya voy”. Poco después, fueron interceptados por las autoridades.
Silva también manifestó que no tenía conocimiento de las actividades de Alanís y que estaba distraído examinando unas cubiertas abandonadas en el área del santuario del Gauchito Gil, ya que planeaba utilizarlas en un carrito para transportar herramientas de trabajo.
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