El mundo del espectáculo despide a una de sus figuras más queridas: Diane Keaton falleció este sábado 11 de octubre en California a los 79 años, según confirmó su familia a la revista People. Hasta el momento no se han revelado detalles sobre las causas de su muerte, y sus allegados solicitaron privacidad en este momento de profundo dolor.
Nacida como Diane Hall en Los Ángeles el 5 de enero de 1946, adoptó el apellido artístico “Keaton” en homenaje a su madre. A lo largo de más de cinco décadas de trayectoria, se consolidó como una de las intérpretes más versátiles y admiradas de Hollywood, capaz de pasar del drama a la comedia con una naturalidad que marcó a generaciones de espectadores.
Su salto a la fama llegó con su papel de Kay Adams en El Padrino (1972), bajo la dirección de Francis Ford Coppola, donde interpretó a la esposa de Michael Corleone. Sin embargo, su consagración definitiva ocurrió con Annie Hall (1977), dirigida por Woody Allen, que le valió el Óscar a la Mejor Actriz y la convirtió en un ícono de la cultura popular.
Keaton mantuvo una prolífica colaboración con Woody Allen, protagonizando títulos como Manhattan y Dos extraños amantes, aunque su talento también brilló en producciones de diversa índole, como Algo para recordar, Papá por siempre, El club de las divorciadas y Book Club. Su estilo singular, su voz característica y su elegancia discreta la convirtieron en una figura inconfundible dentro y fuera de la pantalla.
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Aunque las causas de su fallecimiento no fueron reveladas, el comunicado de su familia refleja el deseo de mantener la intimidad y el respeto hacia una artista que, más allá de su inmenso legado cinematográfico, supo preservar siempre un costado humano y reservado.
Diane Keaton deja un vacío irremplazable en el cine, pero su presencia permanecerá viva en cada una de sus películas y en la memoria de quienes la admiraron por su autenticidad, su talento y su inagotable capacidad para emocionar.
