En la tarde del sábado 23 de marzo, vísperas del Domingo de Ramos, cientos de fieles se congregaron en la Plaza de Choya para dar inicio a la tradicional Peregrinación del Pueblo de Dios hacia la Gruta de la Virgen del Valle, marcando así el comienzo de la Semana Santa en la diócesis catamarqueña.
Bajo el lema “Velen y oren”, enmarcado en el Año de la Oración preparando el Jubileo de 2025, la jornada estuvo llena de fervor y devoción. A pesar del intenso viento que desafiaba la tarde, fieles de las comunidades parroquiales del Decanato Capital se unieron a la procesión, junto con cadetes de la Policía de la Provincia.
Durante el recorrido, se rezaron las estaciones del Vía Crucis, reflexionando sobre el misterio de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo, en consonancia con las enseñanzas de la Carta Pastoral del Obispo sobre la Oración, tema central del año.
El obispo diocesano, Mons. Luis Urbanč, junto con los sacerdotes presentes, ofrecieron el Sacramento de la Reconciliación o Confesión a los peregrinos que lo deseaban, brindando así un espacio de encuentro espiritual y renovación.
En la Gruta, Mons. Urbanč bendijo los ramos de olivo, y junto a los fieles, emprendió una procesión en honor a la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén. Posteriormente, presidió la Eucaristía, concelebrada por el vicario general, padre Julio Murúa, y otros sacerdotes del Decanato Capital.
En su homilía, Mons. Urbanč destacó la importancia del lugar sagrado donde se encontró la Virgen María hace más de 400 años, y animó a los presentes a vivir la Semana Santa con renovado fervor y compromiso. Instó a todos los catamarqueños bautizados a buscar la paz interior y a trabajar por la paz en el mundo, siendo verdaderos artesanos de la paz.
En un gesto de solidaridad, se recolectaron alimentos no perecederos para Cáritas, destinados a los más necesitados. Aquellos que no pudieron participar presencialmente pudieron unirse a la oración a través de la transmisión en vivo por la radio Valle Viejo.
Así, esta peregrinación marcó el inicio de una semana llena de reflexión, oración y solidaridad, preparando a los fieles para vivir renovados la Pascua de Resurrección.