Los reclamos se replican en casi todo el territorio de la provincia de Buenos Aires. 7 mil infectados, sueldos de hambre y horas extra por 40 pesos.
“Hace veinte años que no le dan pelota a la Policía”, lo increpa un oficial al comisario general Daniel García, el jefe de la policía Bonaerense, en la puerta del Centro de Coordinación Estratégica de La Matanza (Puente 12), en medio de una de las protestas más tensas del día.
Los reclamos de los policías se repitieron en casi todo el territorio provincial. Hubo “sirenazos”, batucadas y hasta pirotecnia (con bengalas azules y todo) en la puerta de muchas jefaturas departamentales.
El conflicto estalló este lunes de manera espontánea, pero la Policía Bonaerense ya era un polvorín mucho antes de que se hiciera público el conflicto por los bajos sueldos. La pandemia no hizo otra cosa que profundizar una vieja crisis interna que, hay que decirlo, no es solo económica.
La fuerza reclama hace años una renovación del equipamiento básico, dinero para el combustible y más móviles para reforzar los “rondines”. A esto se le suma el problema de las bajas por la crisis sanitaria: hubo cerca de 7 mil contagios y muchos contactos estrechos tuvieron que salir de servicio.
Entre otras cosas, los efectivos piden una suba del 56% del sueldo de bolsillo para el personal de calle y del 64% para los administrativos con el objetivo de que quien ingresa a la fuerza gane 60 mil pesos.
Como otras profesiones u oficios, el policía bonaerense perdió más de un cincuenta por ciento de su poder adquisitivo en los últimos años -incluso más- y aumentó la brecha respecto a otras fuerzas, como la de la Ciudad de Buenos Aires.
Pese a que el gobierno de Axel Kicillof les otorgó un adelanto a cuenta de futuros de aumento de 4 mil pesos brutos (3 mil de bolsillo aproximadamente), el salario de un oficial que recién se inicia actualmente no llega a 40 mil pesos.
La diferencia con un agente del mismo rango que presta servicio en la fuerza porteña -la mejor paga del país- es de un 64 por ciento y a eso, además, hay que sumarle una menor carga horaria por turno. Los efectivos de la Bonaerense, por ejemplo, cumplen ocho horas diarias, mientras que sus pares de la Ciudad trabajan seis.
“Tenemos un desfasaje de un 36 por ciento. Y ya veníamos con atraso en la gestión de Scioli respecto a la Policia de la Ciudad”, dijo a PERFIL Nicolas Masi, secretario general del Sindicato Policial Buenos Aires (Sipoba).
Además de sueldos bajos, el agente provincial cobra una hora extra irrisoria de 40 pesos. Por eso, en el petitorio que presentaron a las autoridades del Ministerio de Seguridad de Buenos Aires, también reclaman que la hora CoRes (compensación de recargo de servicio) pase a 189 pesos.
Otro punto central tiene que ver con los servicios de Policía Adicional, debido a que los pagos están demorando hasta 120 días en algunos casos.
Pese a la promesa de aumentos de esta mañana, los reclamos con “sirenazos”, cacerolazos y quema de gomas continúan en 27 localidades: La Plata, Berisso, Ituzaingó, Almirante Brown, Morón, Merlo, Quilmes, San Miguel, Azul, Malvinas Argentinas, Pilar, José C. Paz, Avellaneda, Lomas de Zamora, Tres de Febrero, Junín, Bahía Blanca, La Matanza, Necochea, San Nicolás, Pinamar, Villa Gesell, Olavarría, Pehuajó, Tres Arroyos, Pergamino, y Mar del Plata.