Monti se inmola por entrar al club libertario

El joven Francisco Monti, que en algún momento llegó a ocupar la presidencia de la Unión Cívica Radical, deberá abandonar su banca en el Congreso de la Nación en algo más de tres meses, algo que lo deja en una posición incómoda para seguir su itinerario en la función pública.

El radicalismo catamarqueño está agonizante, lleva 14 años lejos del poder en la provincia y no tiene perspectivas de recuperación cercana. Salió cuarto en las últimas elecciones, apostó a una unidad que no prosperó, no logró ordenarse internamente, armó una lista de candidatos sin que votara un solo afiliado, y tras hundirse con el macrismo ruega por conseguir algún socio. A nadie le interesó hasta el momento. La idea del “nuevo Frente Cívico y Social” no despertó ningún entusiasmo.

Así las cosas, Monti se aferra a un plan de salvataje individual. Y corre desesperado por las vías detrás del tren libertario, haciendo buena letra, mostrándose como el mejor alumno de Javier Milei, convencido de que su futuro es libertario o no es nada.

Monti quiere entrar al club, pero le está saliendo muy caro.

Se metió en la Comisión que tenía que investigar la estafa $LIBRA, no para investigar, sino para defender al presidente. La estrategia fue burda: no hicieron nada y ahora reclaman que ya caducó el tiempo para investigar.

Pero fue más allá. Votó contra el financiamiento universitario. Votó contra el Garraham. Votó contra el aumento a los jubilados. Votó contra la emergencia en discapacidad. Votó contra otorgar más recursos para Catamarca.

Imaginemos que de tanto llevar rosas y chocolates enamora a los libertarios porteños y le dan la candidatura que tanto sueña. Imaginemos que los libertarios de Catamarca lo aceptan.

¿Cómo conseguirá votos en Catamarca? Montí se inmola por Milei, pero el plan no parece muy bueno.

El catucho