La reciente elección de León XIV como nuevo líder de la Iglesia Católica llegó en un momento especialmente inoportuno para el oficialismo argentino. La ceremonia de entronización del Papa Robert Prevost —norteamericano con fuerte vínculo con América Latina— se realizaría el 18 de mayo, misma fecha en la que se celebrarán las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Esto obligará al presidente Javier Milei a ajustar su agenda y probablemente ausentarse de los comicios locales.
El Vaticano ya envió la invitación oficial al Gobierno argentino, y el vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó a través de su cuenta de X que “el Presidente Javier Milei asistirá a la Solemne Ceremonia de Inauguración del Pontificado de Su Santidad León XIV en representación de la República Argentina. Fin”. Aunque aún no está confirmada la fecha del viaje, en Casa Rosada dan por hecho que el mandatario estará en Roma ese fin de semana.
La asistencia de Milei al Vaticano implica que no podrá emitir su voto en las elecciones porteñas, donde La Libertad Avanza juega una parada crucial de la mano de Adorni como candidato, enfrentando al PRO y a su postulante Silvia Lospennato, impulsora de la ley de Ficha Limpia. El resultado de este duelo podría impactar en la futura configuración de alianzas a nivel nacional.
A pesar de que aún no está cerrada la comitiva presidencial, se espera que Milei viaje acompañado por su hermana Karina, secretaria general de la Presidencia, y por el canciller Gerardo Werthein. Mientras tanto, referentes clave del oficialismo —incluido el propio Adorni— permanecerían en el país para garantizar presencia política durante los comicios.
Desde el entorno libertario confirmaron que el cierre de campaña se realizará el miércoles anterior en una plaza del barrio porteño de Palermo, con la titular de La Libertad Avanza en CABA, Pilar Ramírez, a la cabeza de la organización. Aún no está asegurada la participación del Presidente en ese acto, aunque confían en que podrá acompañar a su candidato antes de volar a Roma.
El nombramiento del nuevo Papa también corrió de foco el debate político en el Congreso, donde oficialismo y oposición discutían sobre el proyecto de Ficha Limpia. En este contexto, la política doméstica deberá convivir con la diplomacia vaticana, mientras Milei intenta equilibrar su agenda internacional con los desafíos electorales locales.