El presidente argentino, Javier Milei, confirmó que planea viajar a Noruega para participar de la ceremonia en la que María Corina Machado recibirá el Premio Nobel de la Paz —un gesto que el Gobierno presenta como un aval a la oposición venezolana y su lucha por la democracia.
La ceremonia está prevista para el 10 de diciembre en Oslo, y la presencia de Milei está condicionada a que Machado pueda viajar desde Venezuela —donde permanece en la clandestinidad por amenazas del régimen. Según fuentes oficiales, de confirmarse su salida, el presidente partiría el 9 de diciembre y regresaría el 12.
Desde el Gobierno afirmaron que “Argentina está del lado correcto de la historia, a favor de la paz y la libertad”, al justificar la asistencia del mandatario a la premiación. Se espera que, además de Milei, asistan otros presidentes latinoamericanos —como los de Paraguay y Ecuador— lo que convertirá el acto en una fuerte demostración diplomática regional.
La ceremonia adquiere relevancia no solo por el galardón a Machado —reconocida por su lucha contra el autoritarismo en Venezuela—, sino también por el contexto de gran tensión diplomática entre Argentina y Caracas, luego de distintas medidas del gobierno venezolano contra refugiados políticos y exiliados.
Mientras tanto, el mundo observa si Machado efectivamente podrá asistir: su traslado depende de que las autoridades venezolanas garanticen condiciones de seguridad para ella. De concretarse, la ceremonia podría marcar un hito en la historia reciente de la región.





