El presidente Javier Milei expresó su desaprobación ante la reciente visita de un grupo de diputados de La Libertad Avanza (LLA) a represores condenados por delitos de lesa humanidad en el penal de Ezeiza. Al distanciarse del hecho, cuestionó el papel de la vicepresidenta en la planificación del encuentro.
“Absolutamente”, respondió Milei cuando se le consultó si la visita de estos legisladores le había causado preocupación. “Esa no es mi agenda. Habrá que investigar cómo se organizó eso, porque está claro que fue hecho con ciertas intenciones… El cura que organizó eso terminó siendo echado”, afirmó el mandatario.
Al ser interrogado sobre la posible implicación de Victoria Villarruel en la coordinación de la reunión, Milei comentó: “No sé, hay que ver qué vínculos hay ahí”. E insistió: “Mi agenda no es, seguro”.
La relación entre el presidente y su vicepresidenta atraviesa uno de sus momentos más tensos. Una de las principales divergencias entre ambos tiene que ver con la nominación de Ariel Lijo para la Corte Suprema.
Mientras que Milei subraya el conocimiento de Lijo sobre el sistema judicial, Villarruel lo considera “controversial” y ha expresado sus dudas sobre si el magistrado “cuenta con los pergaminos necesarios” para integrarse al máximo tribunal.
“Es una apreciación de ella, habría que ver qué opina Lijo sobre ella”, replicó Milei al respecto.
El presidente también defendió su elección al señalar: “Es la única persona que tiene experiencia en cómo funciona el Poder Judicial y sería el ingreso a la Corte de alguien que entiende cómo funciona y que podría impulsar las reformas necesarias para que el sistema judicial funcione como debe”.
Sobre la postura de Villarruel, Milei agregó: “Ella tiene su opinión y yo tengo otra; nunca pretendí rodearme de un coro de focas obsecuentes. La discrepancia es parte de la vida misma”.