Casi desde el inicio de su gestión, no bien pasó la euforia por la victoria en la elección presidencial, Javier Milei empezó a recibir críticas por su discurso arrogante y agresivo, por momentos vulgar, plagado de autocelebraciones y con provocaciones totalmente innecesarias. El jefe de Estado, sin embargo, aceleró en esa postura convencido de que había sido la herramienta para llegar al triunfo y en consiguiente era lo que la gente quería.
Tras la fuerte caída en las elecciones bonaerenses, Milei acusó recibo y dio señales de haber escuchado al sector de la población que se manifestó en las urnas.
Se debe reconocer: resucitó al Ministerio del Interior, convocó al diálogo a los gobernadores, y anunció aumentos en el Presupuesto 2026 para jubilaciones, discapacitados, educación y salud.
Ahora le critican que ratificó el rumbo económico, pero ¿qué esperaban? ¿Qué se declarara comunista? Le pidieron cambios y cambió.
Queda en la oposición y el electorado valorar o no el golpe de timón, pero no sería justo decir que todo sigue igual. En la cadena nacional de ayer fue mucho más serio, formal y hasta autocrítico.
Ya no insistió con eso del “mejor gobierno de la historia”, sino que dijo que entendía que mucha gente no viera los logros en su vida cotidiana, y agradeció el esfuerzo, reconociendo en ese mismo acto que la gente está haciendo un esfuerzo grande.
Algunos lo recibieron bien, otros mal. A otros no les importa nada más que aprovechar al máximo un momento de crisis para sacar ventaja, pero le hecho objetivo es que Milei dio señales de haber acusado recibo de la situación general y ofreció algo distinto.
Ahora habrá que ver si estas correcciones se aplican efectivamente a la gestión, si inicia una etapa más madura y de diálogo, y si logra enderezar los discursos del resto de la tropa hacia la racionalidad.
Por lo pronto cambió, ya sea porque se dio cuenta de que un presidente tiene que manejarse de otra manera o porque el estilo rápido y furioso dejó de darle resultados ante la opinión pública. Por lo que sea, cambió y es positivo.
El catucho