Este sábado 6 de diciembre, decenas de miles de personas salieron a las calles en al menos 65 ciudades de los Estados Unidos para expresar su rechazo a una posible intervención militar contra Venezuela. La protesta, convocada por una amplia coalición de organizaciones pacifistas, de derechos humanos, inmigrantes, antirracistas, religiosas y progresistas, se desarrolló bajo la consigna central: “¡Detengamos la guerra antes de que empiece!”.
Las manifestaciones tuvieron lugar en urbes tan diversas como Washington D.C., Nueva York, Chicago, Filadelfia, Boston, Seattle, Denver, entre otras. Los manifestantes advirtieron que las acciones recientes del gobierno de Donald J. Trump —como el despliegue militar en el Caribe y los reportes de posibles acciones contra el régimen de Nicolás Maduro— representan una “escalada bélica” con riesgos de repetir “errores del pasado”.
Entre las consignas más repetidas se escucharon: “No queremos una nueva guerra, ya vivimos suficiente violencia”, y llamados a que se prioricen soluciones diplomáticas por encima de la intervención militar. Organizaciones convocantes señalaron que califican las acusaciones de narcotráfico —que según algunos sectores justifican la presión estadounidense— como infundadas, y temen que sirvan como pretexto para una intervención.
Las movilizaciones muestran que dentro de la sociedad estadounidense existe un importante rechazo ciudadano a las políticas belicistas hacia Venezuela, y una demanda firme de que la crisis latinoamericana se aborde mediante el diálogo y la diplomacia.





