En uno de sus primeros actos como candidato a presidente de Brasil, el dirigente planteó la necesidad de crear una divisa en común en el continente.
Los economistas bautizaron la moneda como SUR y aseguraron que “podría utilizarse para los flujos comerciales y financieros entre los países de la región”. Su capitalización “se haría con las reservas internacionales de los países y/o con un impuesto sobre las exportaciones de los países fuera de la región”.
Además, los países miembros “recibirían una dotación inicial de SUR, según reglas claras acordadas, y serían libres de adoptarlo a nivel nacional o mantener sus monedas. Los tipos de cambio entre las monedas nacionales y SUR serían flotantes”.
El ministro de Economía de Brasil, Paulo Guedes, ya había deslizado una idea similar en agosto de 2021 cuando afirmó que “en 15 o 20 años solo habrá cinco o seis monedas importantes en el mundo, entre ellas el euro, el yuan chino y el dólar estadounidense”, por lo que instó a seguir el ejemplo de la Unión Europea.
“Argentina prácticamente perdió la moneda debido a la inflación del 50 %, en Venezuela la hiperinflación, Ecuador se vio obligado a cambiar al dólar. En el futuro se podría seguir el camino de la integración monetaria”, dijo en ese entonces.