Lucha de clanes

 

Los números no mienten, y las encuestas que manejan oficialistas y opositores coinciden: el presidente Alberto Fernández y el gobernador Raúl Jalil tienen pésima imagen, pésima valoración de gestión, y la idea de ir por la reelección es desaconsejada para ambos.

Veamos algunos números de la última encuesta seria realizada en Catamarca, con datos del mes de noviembre:

 

Alberto Fernández

MUY BIEN: 2 %

BIEN: 17 %

REGULAR: 22 %

MAL: 37 %

MUY MAL: 21%

 

Raúl Jalil

MUY BIEN: 2 %

BIEN: 20 %

REGULAR: 20 %

MAL: 39 %

MUY MAL: 18 %

 

Pero hay números más fuertes, por ejemplo.

¿VOLVERÍA A VOTAR A RAÚL JALIL?

SI: 24 %

NO: 67 %

 

El mal humor social supera el 50 por ciento, y las cartas parecen echadas contra las aspiraciones del gobernador de seguir cuatro años más, aunque confíe en la billetera para aferrarse al cargo.

Pero no todo es negativo para el peronismo, hay dos figuras que están bien con los números. Veamos.

 

Gustavo Saadi

MUY BIEN: 3 %

BIEN: 41 %

REGULAR: 26 %

MAL: 19 %

MUY MAL: 9 %

 

Lucía Corpacci

MUY BIEN: 4 %

BIEN: 31 %

REGULAR: 18 %

MAL: 35 %

MUY MAL: 11 %

 

Lo que la militancia y la mayoría de la dirigencia peronista sostiene ya no es secreto: Gustavo Saadi debe ser el próximo candidato a gobernador. Lógica pura: es el que mejor mide, el que asegura el triunfo, el que quiere la gente.

Pero Raúl no se baja, y para allanarse el camino, se asegura, es que mandó a la cancha a su socio y amigo Oscar Castillo, de la mano de su otro socio y amigo, Silvio Zitelli.

Por eso Castillo, protagonista del Pacto de Ipizca que le aseguró una feliz estadía en la gestión de Raúl, ese Castillo ya derrotado hasta en las PASO radicales, es presentado de la noche a la mañana como el gran estratega radical, con una dibujada tapa en el diario del amigo del gobernador.

Y lo que le piden que haga a Castillo es lo que mejor sabe hacer, jugar para el gobierno de turno asegurándose favores eternos y hundiendo a la UCR y a toda la oposición.

A todos les cierra: A Raúl porque quiere ganar las elecciones y para eso necesita una posición dócil y destruida a control remoto por su Caballo de Troya, a Zitelli porque nunca en su vida embolsó más pauta y favores que con Raúl, y a Oscar porque lo último que quiere Castillo es ver a un Saadi en el poder.

El aceitado equipo de Raúl-Silvio y Oscar, que siempre jugaron juntos, está en marcha con su plan en ejecución, mientras la gilada piensa que la gran discusión es si se vota en marzo o en octubre.

El juego está armado y las cartas sobre la mesa. Pero no está definido todo, porque quedan dos posibilidades que pueden malograr el plan.

1) Que Gustavo Saadi y el peronismo se rebelen contra Raúl y vayan por la recuperación de un gobierno peronista.

2) Que el radicalismo no se deje engañar una vez más, y construya una alternativa como la que viene fortaleciendo, sin obedecer otra vez al capitán de las derrotas de 2011, 2015 y 2019.

 

¿Parece fantasía? Vean los nombramientos de Raúl para Oscar en estos años. Vean el Pacto de Ipizca. Vean por dónde se motoriza el “regreso” de Castillo. Vean lo que hizo Castillo desde que dejó la gobernación.

Y en la lucha de clanes, ya se sabe lo que el apellido Saadi es para Zitelli, alguien que sirvió del saadismo pero que construyó su fortuna bajo el ala del Frente Cívico de Castillo.

Esta es la realidad, para tener en cuenta. Ahora sigan viendo fútbol, pero sepan que no todos están pensando en el mundial.

El catucho 

 

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