El estadio José Amalfitani fue testigo de una jornada histórica: Los Pumas vencieron 29-23 a los All Blacks en la segunda fecha del Rugby Championship y, por primera vez, lograron imponerse como locales ante el poderoso seleccionado neozelandés. La victoria desató una fiesta en las tribunas y dejó imágenes cargadas de emoción entre los protagonistas.
El capitán Julián Montoya expresó su orgullo por el equipo y destacó el respaldo de todo el plantel: “Nosotros somos 15 o 23 los que entramos a la cancha, pero atrás hay un grupo enorme que también empuja. Estoy orgulloso por el esfuerzo, por cómo nos quedamos en la pelea hasta el final. Tuvimos momentos buenos y otros no tanto, pero pusimos el cuerpo en cada jugada”.
Pablo Matera, figura del encuentro, remarcó la preparación previa: “Uno juega como entrena, y veníamos de semanas muy buenas. Ajustamos detalles y eso se notó en la cancha. Atacamos en el contacto, en el scrum y en las salidas, donde sabíamos que teníamos que mejorar. El retiro de Nahuel (Tetaz Chaparro) hizo que todo fuera aún más especial”.
La emoción también se reflejó en las palabras de Juan Cruz Mallía, quien subrayó el valor colectivo de la hazaña: “Este triunfo es para todo el rugby argentino, desde los clubes hasta las uniones. Demuestra el crecimiento de estos años. Ganarle a los All Blacks en casa es un sueño cumplido”.
El desarrollo del partido tuvo momentos de tensión, con tries de ambos lados y penales decisivos. Santiago Carreras, clave con su efectividad a los palos, sentenció la victoria tras la amonestación de Sevu Reece, que dejó a Nueva Zelanda con un jugador menos en los últimos minutos.