Los muchachos quieren ser ministros

El Frente de Unidad y Solidaridad Sindical (FUSSI), le bajó el pulgar a Ariel Luna como flamante ministro de Trabajo, porque esperaban que esa torta fuera para ellos y resulta que hicieron toda la gestión para quedarse mirando de afuera.

Es que la creación de este ministerio, el número ¡dieciocho! Fue todo por obra y gracia de los gremialistas, pero cuál es el chiste si ahora se lo dan a otro.

Esto viene desde la época de la campaña, donde los gremialistas andaban cotizando su apoyo y ofreciéndolo al mejor postor, siempre, eso sí, con la excusa de la sagrada defensa de los derechos de los trabajadores.

Hasta se recuerda que Walter Arévalo, del SOEM capitalino, salió a decir públicamente que le habían ofrecido un ministerio, cosa que debe ser cierta porque nadie lo desmintió.

Pero los que más empujaron fueron los veteranos de la CGT local, que le pusieron sus fichas a Raúl Jalil con un pleno furioso, y se ocuparon de salir en todos los diarios diciendo que lo amaban y querían que fuera gobernador, incluso cuando todavía no se sabía si Raúl sería candidato o Lucía Corpacci competiría por un tercer mandato.

Los más entusiasmados con Jalil eran Leonardo Burgos (ATSA) y Roberto González (Comercio), que ya en 2018 salieron a hacer campaña mediática, una movida tan precoz que generó peleas internas en la CGT.

Esa vez se reunieron con el hoy ministro Jorge Moreno, quien ya tenía bien definido que no miraría la siguiente gestión desde el banco de suplentes… ¡hasta lanzó su candidatura con Fernando Jail! ¿Se acuerdan? Y ya avisaba que si Corpacci iba por la re-re iría por fuera del PJ.

Pero no fue necesario que la sangre llegara al río, porque Lucía se fue al Congreso, hasta les hizo campaña y les dejó la Gobernación servida en bandeja.

Y bueno, llegó Raúl y se despachó con 17 ministerios, pero ninguno para los muchachos sindicalistas. Hasta radicales encontraron su lugar en el gobierno, y ellos nada.

Pasó un año y finalmente lograron lo que querían, que se armara otro ministerio más, de “Trabajo”. Pero hete aquí que la muchachada quedó afuera, porque el ministro será un contador, que venía trabajando con el ministro Ricardo Aredes en Hacienda y quedó con Jalil, que después lo cambió al área de Recursos Humanos, para que apague el incendio de los nombramientos truchos en Educación.

Un acto de insensibilidad total. Los héroes de la primera hora, ni convocados.

El pobre Burgos, que viene siendo oficialista desde tiempos inmemoriales, no protestó. Pero los de la FUSSI sí, porque consideran que los únicos gremialistas de verdad son ellos.

Vienen envalentonados porque consiguieron el bono de fin de año, sólo con anunciar que harían medidas de fuerza, sin necesidad de salir a protestar.

Pero ahora quieren más, quieren su ministerio. Quieren dulce: un cargo, privilegios, posibilidad de nombrar amigos, una camioneta con chofer, teléfono pago… en fin, lo que quieren todos.

Y parece que no, parece que el dúo dinámico de los Arévalo, Ricardo y Walter, no podrán estrenar traje todavía.

¿Se apagará la queja con un par de declaraciones o están decididos a apretar un poco más? Capaz logran que se invente el ministerio 19… podría ser “Ministerio de Protestas y Paros”.

El que sí se quejó fue el diputado Víctor Luna: “la creación de un ministerio es un gasto improductivo. Tenemos 17 ministerios creados, veníamos del año 91 donde con la gestión del Dr. Castillo estábamos con 7 y de golpe pasamos a 17” dijo.

(Bueno Víctor, “de golpe”, no tanto… pasaron 30 años. ¿O lo del golpe es por Castillo, que fue gobernador de facto?)

“No entiendo la creación si es quedar bien con algunos gremios, no es efectivo y no está incorporado en el presupuesto del año que viene donde quedaron claros los porcentajes para cada ministerio. Vamos a plasmarlo en la sesión pertinente cuando se le de tratamiento. La posición nuestra es que no estamos en condiciones de absorber el gasto de un nuevo ministerio para paliar algún compromiso de la clase dirigente”, dijo.

Pobre Luna, todavía no asumió y ya tiene a los gremialistas de un lado y a los opositores del otro pidiéndole que se vaya. Así no está bueno asumir. Debería crearse un vigésimo ministerio… “Ministerio de Defensa de Ministros”.

Total qué le hace, entre 18 y 20 no hay tanta diferencia, qué vamos a andar pijoteando.

El Catucho.

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