Los Insaurraldes de Catamarca

El jefe de gobierno bonaerense y candidato a concejal por Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, se fue de viaje a Europa con una joven señorita, que cometió la torpeza de subir a las redes sociales mostrándose con el político en un yate, con buena comida, champagne y las delicias del sol con las aguas del Mediterráneo.

Claro, se armó un escándalo nacional. A uno que va por la Güemes viendo donde puede cargar la SUBE para ir a hacer un trámite al CAPE, más vale que le gustaría estar en el Mediterráneo gozando la vida. A uno y a unos 20 millones de pobres que hay en el país.

Por eso fue un escándalo. Por la grosería, por el privilegio y la ostentación de la clase dirigente, que vive a costillas del Estado en el mayor de los lujos, mientras los de más abajo la pasan cada día peor.

Pero como estamos en campaña, y en el final de la campaña, todo se exagera, porque muchos festejaron en una pata que aparecieran esas fotos, porque les servía para llevar agua para su molino. Entonces se tiraron de los pelos, se rasgaron las vestiduras y gritaron su horror por lo que pasaba.

Insaurralde ya renunció, lo quieren bajar de su candidatura y si pudieran lo lapidarían en plaza pública sus propios compañeros, por el daño que les hizo.

Todo bien. Le pasó por tonto. Pero tampoco seamos tan cínicos, sobre todo los demás políticos que se hacen los espantados. Vamos muchachos… no se hagan los humildes como si vacacionaran en Hualfín.

¿Cuántos Insaurraldes hay en Catamarca? ¿Cuántos viajan todos los años a Europa, a Estados Unidos, a Punta del Este, a Cancún? ¿Cuántos se hacen pagar pasajes para ellos, para sus familias y amigas igual que Insaurralde? ¿Cuántos se sacan fotos para los afiches con gente humilde y después vuelan al exterior con todo pago? Ministros, legisladores nacionales, legisladores provinciales. Todos amantes de la buena vida, que saben que gratis todo tiene mejor sabor.

Insaurralde es un pavo, porque hasta los buscas de acá saben que no tienen que subir las fotos a las redes. Pero es la única diferencia con eso que tanto indigna: los Insaurraldes de Catamarca son más discretos. En el resto, son igualitos a él.

Hagamos una pruebita fácil: muestren los pasaportes. Vamos a ver si tienen sellos de otros lados, dónde fueron y para qué.

No se hagan los asustados que acá nos conocemos todos.

El catucho 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí