Después del estallido público de la banda de estafadores, que ya tiene más de 20 imputados y lleva años robándole propiedades y bienes a los catamarqueños, quedó clara la estrategia de contraataque de los acusados, que a través de sus abogados salen a matar a la justicia.
Hay algo que está claro desde hace rato, y es que la justicia catamarqueña funciona de manera desastrosa o no funciona, y eso no tiene discusión porque la propia justicia lo admite, como se vio en el jury al juez de Belén, Miguel Aybar, que zafó pese a tener 500 expedientes de hasta 15 años sin mover, porque todos entendieron que no era un problema suyo sino del “sistema”.
En esa línea, no ayuda que también haya un jury en marcha contra el fiscal Hugo Costilla, que es quien encabeza toda la investigación del megacurro del Registro de la Propiedad.
Entonces aprovechan la volada y más rápido que un bombero todos salen a señalar que Costilla quiere anotarse un poroto porque lo tienen contra las cuerdas, que se toma revancha mostrando las miserias del poder judicial porque lo están acusando a él, etc., etc.
Puede haber un poco de todo, pero lo importante acá es que el choreo existió, que está banda perjudicó a muchísimas personas, y que se armó toda un red de pícaros que estafaban desde el Estado, manipulando y falsificando documentación personal, dirigiendo ejecuciones y remates, todo para saquear a gente de trabajo y despojarla de sus cosas.
Entonces, veamos cada cosa por su lado, no puede un problema serio como la investigación del crimen de Rojitas, por ejemplo, ser el salvavidas de estos estafadores.
No pueden los problemas judiciales, que existen, ser la excusa que salve a los integrantes de una asociación ilícita.
Acá hubo escrituras truchas, firmas truchas, personas que perdieron casas por estos pícaros que iban consiguiendo lo que les hacía falta a fuerza de coimas.
No vengan ahora a señalar a Costilla: háganse cargo. Los estafadores tienen que ser juzgados y pagar por lo que hicieron como marca la ley. Los procesos internos de la justicia son otra cosa, y eso no impide que deba avanzarse hasta las últimas consecuencias con quienes hayan participado en Registro de la Propiedad, castrato, ARCA, Banco Nación, etc.
La táctica de matar la mensajero acá no puede funcionar.
El catucho