Tanto bla bla, venta de humo y hablar maravillas del litio, y resulta que una vez más Catamarca es el hijo de la pavota, porque la empresa roba a cuatro manos y el Gobierno de Catamarca no se entera, o es cómplice o mira para otro lado.
El escándalo es mayúsculo y la historia, para hacerla corta, es más o menos así. Por llevarse toneladas de litio, tiene que pagarle a Catamarca, que es la dueña del mineral. ¿Pero qué es lo que paga? Un porcentaje de lo que factura. Hasta ahí, se entiende.
Pero la picardía no es sólo criolla, y los extranjeros de Livent son más rápidos que cualquiera. Entonces para facturar y tributar hacen la siguiente maniobra trucha: se venden ellos mismos, y en la factura ponen precios dibujados para no pagarle casi nada al Estado.
¿Nos toman de giles? Es una posibilidad, que los funcionarios que tienen la responsabilidad de controlar sean inútiles y no se den cuenta de lo que pasa. Otra es que se den cuenta y prefieran mirar para otro lado. Las dos opciones son graves.
La empresa Liventa, saqueadora, contaminante corrupta. Nuestros funcionarios, ineptos o corruptos también. Un combo hermoso.
¿Es para tanto? Miremos…
La empresa Livent, que se lleva el litio catamarqueño, también se lleva litio de Jujuy.
Ahora bien, cuando factura el litio que saca de Jujuy, lo cotiza a 54,07 dólares el kilo. La misma empresa, cuando factura el litio que saca de Catamarca, lo factura a 6,41 dólares el kilo.
¡Casi nueve veces más caro es el litio jujeño? ¡Si es igual al de Catamarca! No, es una jugada sucia para robarle a los catamarqueños. Y nadie dice nada, no se enteran de nada, se la pasan de seminario en congreso, de reunión en brindis, pero nos roban en nuestras narices y todos mudos.
El famoso verso del “oro blanco”, sirvió para que vengan ladrones de “guante blanco”. Catamarca repite la historia del saqueo que ya sufrió con Bajo La Alumbrera, que aportó lo que quiso y cuando quiso, declarando sólo una parte del “mineral boca mina”, tributando un mínimo por todo el oro y cobre que se llevó, y con toneladas de otros minerales que embolsó gratis y sin declarar.
¿Por qué Catamarca no controla seriamente como se hace en Salta o Jujuy?
Esta avivada de Livent es una estafa gigante, que además ensucia a toda la minería, tanto que ahora la AFIP intervino y fijó un “precio testigo” del litio para que no se siga con estos mamarrachos que Catamarca permitió.
Esta es la vergonzosa realidad de la provincia que presume de tener la minería como “Política de Estado”, que puso a la máxima autoridad de Minería en Nación, y que cubrió la vacante acá con un diputado amigo que pensaba que iba a hacer todo de taquito y se tuvo que enterar del papelón por denuncias de la oposición.
Ahora dicen que Livent va a pagar lo que debe, pero ¿nadie responde por la estafa? ¿Hay sanciones a la empresa? ¿Renunció algún funcionario? Del ARCA ni hablemos, si no se enteraron de las financieras truchas y les prestaron el sello con los ojos cerrados, qué van a entender de comercio internacional.
¿Hay algún/os funcionarios que se beneficiaron haciendo la vista gorda a este robo a Catamarca?
¿Tantos años hablando del litio y no sabían cómo facturaban las empresas? ¿Armaron la Mesa de Litio con jujeños y salteños y a los únicos que embaucaban era a los catamarqueños?
Parece que somos campeones del mundo en ingenuidad o que varios están en la joda. Y no responden nada, no saben nada, no pueden informar detalladamente cuánto se produce, cuánto se cobra, cuánto se vende.
La subfacturación no es un detalle sin importancia: impacta directamente en los recursos que ingresan a la provincia por regalías. ¿Alguien va a dar explicaciones por la plata perdida? ¿La empresa va a seguir operando como si nada? ¿Se van a seguir enriqueciendo con nuestro patrimonio después de haber burlado a Catamarca?
Esto es muy serio, sería para esperar que intervenga un fiscal y la justicia. Bueno, ya es mucho pedir.
Lo cierto es que la repercusión de lo que pasó en Catamarca fue mundial: las acciones de los productores asiáticos de litio se desplomaron luego de que Argentina decidiera poner fin a supuestas prácticas inapropiadas de fijación de precios por parte de exportadores, afectando la confianza en todo el sector.
La aduana argentina fijó un precio de referencia de 53 dólares el kilo para las exportaciones de carbonato de litio para evitar la subfacturación y mejorar la transparencia, según la agencia tributaria federal. Las acciones de litio también se vieron afectadas por la creciente noción de que los precios del material alcanzarán su punto máximo, luego de que Credit Suisse Group AG se uniera a Goldman Sachs Group Inc. para pronosticar una corrección.
En Australia, Allkem Ltd. cayó hasta un 15%, mientras que la china Ganfeng Lithium Co. retrocedió más de un 4% antes de reducir su caída. Ambas tienen operaciones en Argentina.
El escándalo que perjudicó a Catamarca pegó más fuerte en las empresas que en Catamarca: toda una señal de los funcionarios y controles que tenemos.